El aumento de la oruga procesionaria se ha dejado sentir en Sagunt, principalmente en el núcleo urbano, aunque también en sus alrededores, donde varios vecinos han dado la voz de alarma. Además de esta preocupación, desde el área de jardinería de la Sociedad Anónima de Gestión (SAG), encargada de los tratamientos contra esta plaga, confirman el aumento en la infectación de los pinares, que explican por la subida de las temperaturas y la ausencia de lluvias.
Varias son las zonas afectadas, entre las que destacan la ronda del Castillo, en la que las orugas en fase de larva se cuentan por centenares cubiertas de su característico pelo, tal y como han advertido varios vecinos de la zona. También se han detectado en el colegio Maestro Tarrazona de Port de Sagunt, concretamente en el patio, aunque desde la SAG informan que este foco «está controlado», gracias a los tratamientos realizados durante todo el año.
Lo mismo ocurre en el colegio Pinaeta de Baladre, donde la empresa municipal de aseo urbano advierte de la existencia de una parcela privada repleta de pinos con procesionaria, que no están tratados y en los que se recomienda que actúe Sanidad.
El gerente de la SAG, Enrique Catalá, hace un llamamiento de tranquilidad, explicando que la empresa tiene controladas las zonas urbanas en las que se realiza un tratamiento natural de la plaga sin productos químicos. «Por un lado hacemos una retirada manual de las bolsas y por otro, colocamos una especie de bandas con sustancias pegajosas para atrapar a la larva» , explica a Levante-EMV.
Pese a la mayor presencia detectada, desde el departamento de Plagas de la Universitat de València, el catedrático y experto, Ricardo Giménez, deja claro que puede haber un repunte de procesionaria, pero «nada fuera de lo normal», advierte, además de negar tajantemente que la situación actual pueda catalogarse de plaga.
Urbanizaciones de montaña
En cuanto a la afección en monte público, varias urbanizaciones de montaña han mostrado su preocupación ante la presencia de esta oruga. Una de ellas ha sido Monte Picayo que ha trasladado a la Conselleria de Medio Ambiente una petición para que la administración ponga en marcha el tratamiento pertinente.
