Tres días más. Ese es el tiempo que se han dado el gobierno de Sagunt y Ciudadanos para cerrar un acuerdo que garantice la aprobación plenaria del presupuesto municipal para este año. Aunque en un principio estaba previsto que esta tarde durante la sesión ordinaria se conociera el resultado de esas negociaciones, la falta de tiempo para plasmar los cambios en las cuentas ha obligado a programar una convocatoria extraordinaria para el viernes.
La concejala de Hacienda, Teresa Garcia, reconoce que «estamos cerca del acuerdo, después de reducir los ingresos en cerca de 2 millones» de los 4 que había estimado C's que sobraban de la previsión de 71,2 millones. El impuesto de construcciones, instalaciones y obras (ICIO), que se reduce en cerca de un millón de euros, la inspección de vados, que se deja en la mitad hasta los 250.000 euros, o el impuesto de vehículos son los principales recortes en la recaudación que ha aceptado el tripartito, aunque pueden ser insuficientes para C's, grupo que «es el más proactivo a la hora de asumir la responsabilidad de que el ayuntamiento tenga presupuesto», según Garcia.
Por su parte, el portavoz de Ciudadanos en Sagunt, Raúl Castillo, explica que «la decisión la tomaremos el jueves en la reunión de la junta directiva, cuando deberemos elegir si priorizamos la necesidad de las cuentas o la seguridad absoluta de no apoyar un presupuesto deficitario».
Ese último aspecto, el desfase entre gastos e ingresos, es el que más preocupa en el seno de C's. «El interventor dice que tras el primer trimestre se podrá saber si las previsiones se ajustan a la realidad, así que queremos que el gobierno se comprometa a equilibrar las cuentas si los primeros avances de la liquidación apuntan a que la recaudación no va a permitir cubrir todas las obligaciones», explica Castillo. Estas modificaciones se podrían introducir a través de la declaración de indisponibilidad de créditos.
El portavoz de Ciudadanos, que insiste en que la última palabra la tendrá la junta directiva, concluye que «nuestra posición ahora es decidir cual es el mal menor, si prorrogar las cuentas de 2009, que prevén 74 millones de gastos, o aprobar las del tripartito».
