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Condenada a pagar 655 euros por agredir con el bolso a un periodista en Sagunt

El juez considera probados los hechos ocurridos a las puertas del juzgado durante la entrada de unos detenidos

Condenada a pagar 655 euros por agredir con el bolso a un periodista en Sagunt

El juzgado de instrucción numero 1 de Sagunt ha condenado a pagar 655 euros en conceptos de multa e indemnización a la mujer que golpeó con el bolso al periodista y excolaborador de Levante-EMV, Paco Quiles, cuando grababa la entrada a dependencias judiciales de algunos detenidos por el caso Avialsa. La sentencia reconoce una falta de lesiones en los hechos ocurridos a finales de mayo del pasado año, cuando la acompañante de uno de los acusados golpeó la cara del periodista con el objetivo de impedir que grabara a su acompañante, según considera probado el magistrado.

Esta acción provocó que el ocular de la cámara se «incrustara en el ojo, causándole una lesión que tardó en curar cinco días», recoge el fallo. De esta forma, la sentencia condena a la responsable a la pena de dos meses de multa con una cuota diaria de 8 euros, lo que supone un total de 480 euros. Además, también se le obliga a pagar una indemnización de 175 euros por «las lesiones dolosas», así como las costas procesales derivadas del juicio.

El fallo considera que la acusada tuvo «una participación directa, material y voluntaria en los hechos, que ejecutó libremente utilizando la fuerza física con un claro ánimo o propósito de lesionar al denunciante». Estos hechos que, según el juez, quedaron probados con un parte de lesiones y con el testimonio de un testigo, además de por el visionado de las grabaciones.

Imágenes probatorias

Estas imágenes, según recoge la sentencia, demuestran que «la denunciada no solo se limita a poner su bolso para impedir que el periodista grabase con la cámara sino que le golpea con él». Estos elementos probatorios, insiste el juez, son suficientes para «desvirtuar la presunción de inocencia», al no atender la justificación de la condenada, que en el juicio achacó su actitud al «nerviosismo» por estar rodeada de periodistas, cuando quería acceder hasta su acompañante para darle la insulina que necesitaba.

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