Seis anteproyectos y siete años después, el Ayuntamiento de Sagunt sigue con los mismos presupuestos que aprobó en 2009. El último intento de poner orden en las cuentas fue ayer mismo, cuando la mayoritaria oposición tumbó el segundo borrador de cuentas del tripartito en el último mes.
Ni las llamadas a la responsabilidad para superar «una situación insostenible», ni las concesiones en la negociación con Ciudadanos, que rebajaron la previsión de ingresos en casi 2 millones, ni la oferta al PSPV para que su abstención significara su «integración al gobierno» fueron suficientes para convencer a uno de los 13 concejales de la oposición para que no rechazara las cuentas.
«Creemos que estos presupuestos „equilibrados en 69,2 millones de euros„ son mejores que los otros que presentamos, pero cuestiones políticas que sacan a relucir miserias humanas como la cobardía, la falta de honor, los prejuicios o la inmadurez, bloquean su aprobación», lamentó la concejala de Hacienda, Teresa Garcia. La nacionalista insistió en que «las previsiones son razonables, adecuadas, claras y factibles, apenas 1,2 millones por encima de la prórroga modificada para 2015», además de destacar que su aprobación «es la forma de dejar atrás las trampas de las modificaciones de crédito y el descontrol».
Además de Garcia, voces como la del responsable de CC OO en el Ayuntamiento de Sagunt, Juan Miguel Calomarde, o los otros portavoces del tripartito, Guillermo Sampedro y Pablo Abelleira, también defendieron el presupuesto. El primero pidió un «esfuerzo» a los concejales para no dejar las cuentas sobre la mesa «y generar así un déficit de gestión en el ayuntamiento y para los colectivos más desfavorecidos». En esta línea, el edil de ADN Morvedre aseguró que «hay que saber priorizar la gestión sobre la política».
Desde el otro bando, el portavoz del PP, Sergio Muniesa, recriminó al gobierno municipal que «cuando algo se considera prioritario, se le dedica tiempo y esfuerzo. Ustedes no han hecho ni lo uno ni lo otro con el presupuesto». El exedil de Hacienda, artífice de cuatro borradores fallidos entre 2012 y 2014, añadió que «no nos han dejado apoyarles las cuentas, porque no han dicho la verdad y han menospreciado a la oposición, a los agentes sociales y a los ciudadanos. Así, pese a tener 16 liberados, no han sido capaces de convencer a un solo concejal».
El popular resaltó el «record» que suponía en un mes «aprobar los presupuestos, revocarlos, modificarlos y volver a traerlos a pleno», después de «admitir que las previsiones de ingresos estaban hinchadas». Además de recordar que su gobierno funcionó con las cuentas prorrogadas, Muniesa también acusó al gobierno de «negarnos el pan y la sal del presupuesto durante ocho años».
Manuel González (IP), por su parte, acusó a Garcia de actuar por «pataletas», al tiempo que parafraseó al alcalde, Quico Fernández, de su etapa en la oposición al tildarle de «mal político por su ineficacia en alcanzar acuerdos».
Mientras Castillo apuntó que C's fue el único que entró en la negociación, pero «no conseguimos lo suficiente para seguir rebasando líneas rojas», Francisco Crispín (PSPV) fue el que más entró al detalle de las cuentas. «Después de la aprobación fantasma por un órgano incompetente como la junta de gobierno, nos felicitamos por la marcha atrás, aunque la rectificación no fuera espontánea. En cualquier caso „añadió el socialista„ el presupuesto merece una mejor propuesta, porque aumenta en casi 7 millones los ingresos liquidados en 2014 y supone la crónica de un déficit anunciado».
Piden rigurosidad al interventor
Sobre este aspecto, Crispín no tuvo reparos en cargar también contra el interventor, a quien reclamó informes «más rigurosos» al acusarle de «hacer piruetas» para defender que la previsión de ingresos se iba a cumplir.
