En la lista negra de infraestructuras en Sagunt cuya productividad es escasa o nula destacan las dos pistas de pádel que se construyeron en el Fornás con motivo de las obras de remodelación del estadio acerista en el Port. Estas instalaciones formaron parte de la segunda fase del proyecto, que se adjudicó por cerca de 885.000 euros, finalizada a finales de 2012, pero que todavía no se han abierto de forma oficial y quizás nunca lo hagan.
En un primer momento, el principal obstáculo que debían superar era quien se hacía cargo de su explotación, teniendo en cuenta que se encuentra dentro de una instalación municipal de la que el usuario único es el Acero. Sin embargo y mientras este escollo se mantiene, se ha sumado otro que se refiere al proyecto de actividad, ya que no se tuvo en cuenta la contaminación acústica que ocasionan estas pistas, situadas en la parte de atrás de las viviendas que recaen sobre la calle Palancia.
El concejal de Patrimonio y Contratación de Sagunt, Pepe Gil, explica que «nadie ha planteado que las pistas puedan ocasionar problemas de ruidos, aunque si se han recibido quejas por la actividades del campo de fútbol y en su momento se decidió no reabrir la cancha de frontón por la contaminación acústica al golpear la pelota sobre la pared».
Mientras se han dado casos en los que un juez ha obligado a cerrar pistas de pádel que superaban los 50 decibelios, Gil reconoce que «entiendo que lo primero que hay que hacer es medir los ruidos que pueda ocasionar la actividad para saber si es compatible con la zona y a partir de ahí decidir la forma de explotación. En caso de que se causaran problemas que hicieran inviable la apertura de las pistas habrá que pedir responsabilidades a quien decidió construirlas».
Acceso independiente
Pero el edil nacionalista reconoce que ésta no es la única «complicación» para abrir las dos canchas de pádel, en constante deterioro desde que hace más de tres años se ejecutaran. «Habría que hacer un acceso independiente con respecto al estadio de fútbol y luego habría que encontrar a alguien dispuesto a explotarlas», según explica Gil.
Entre las ideas que han surgido en los últimos años destacan tanto que el Acero se hiciera cargo a cambio de algún tipo de compensación al Ayuntamiento de Sagunt o incluso la construcción de un bar que facilitase la explotación de las pistas, en una fórmula similar a la que se emplea en el complejo deportivo al Norte del Palancia, junto al pabellón René Marigil. En este último caso, Gil explica que «se planteó ejecutar un proyecto de 150.000 euros, pero, además de que no hay dinero, sería una inversión para montar el negocio a otro».
