La puerta abierta ayer por Compromís para que los socialistas de Sagunt se incorporaran al gobierno con la condición de prescindir de su portavoz municipal, Francisco Crispín, se cerró pocas horas después, las que tardó la nueva secretaria local del PSPV, Núria Hernández, en acusar a los nacionalistas de haber cometido una «falta de respeto intolerable».
Además de dejar claro que, a diferencia de otras épocas «no hay fractura entre la ejecutiva y el grupo municipal, al que defendemos porque ha respondido como debía desde la oposición en estos últimos meses», Hernández añade que «para establecer cualquier contacto con el objetivo de aprobar el presupuesto o dar estabilidad al gobierno, lo primero es una disculpa pública por las formas del alcalde», según Hernández.
Aunque la lideresa socialista en Sagunt critica directamente a Quico Fernández, los nacionalistas dejaron claro en su anuncio que el veto a Crispín se reclama desde la asamblea de la agrupación local. Su secretario de organización, Vicent Ventura, explicó que «los tres partidos que formamos el gobierno „Compromís, EU y ADN Morvedre„ coincidimos en no querer a Crispín. Sabemos incluso que muchos militantes socialistas están hasta el gorro de él, porque es un elemento de discordia y desestabilización».
El nacionalista añadió que «la nueva ejecutiva del PSPV debe decidir si centra sus esfuerzos en los intereses de la población, de tal forma que prescinde de su portavoz, o en los de su partido». En esta misma línea, el alcalde reiteró la «incompatibilidad» con Crispín, aunque destacó que la incorporación del PSPV al gobierno «es la opción más interesante para desbloquear cuestiones muy importantes, así como para añadir más ideas progresistas al gobierno».
Aunque la cabeza del portavoz municipal ya se había reclamado desde el tripartito, la novedad de que los socialistas cuenten con nueva ejecutiva hace que sea el momento de que «decida las alianzas, si quiere seguir alineado con partidos de derechas para ejercer un bloqueo irracional, como ha ocurrido por dos veces de forma incomprensible e irresponsable con el presupuesto» o por el contrario «se une a las fuerzas de progreso», planteó la concejala de Hacienda, Teresa Garcia.
La también diputada autonómica remarcó la «situación anómala» que se vive en el Ayuntamiento de Sagunt, donde «hay una mayoría de progreso, pero la cuarta pata „en referencia al grupo municipal socialista„ se alinea de forma sistemática con la derecha». Esta circunstancia, apostilló Fernández, hace que políticas impulsadas desde el Consell, donde cohabitan Compromís y PSPV, «no se puedan implementar en Sagunt por esa actitud».
Elemento que «torpedea»
Garcia achacó esta actitud a «un elemento „en referencia a Crispín„ que torpedea los acuerdos con el tripartito». La nacionalista remarcó que «los pocos apoyos que presta el PSPV, como con el IBI, responden a que los otros concejales, Natalia Antonino y Miguel Chover, se plantaron».
Sobre este aspecto, Núria Hernández considera que «nuestro grupo municipal ha respaldado las cuestiones de vital importancia, como el plan de estabilidad, pero el presupuesto, más si cabe cuando no controlamos su ejecución, requiere más confianza y tener todo muy consensuado, cuando en este caso no se ha hecho participe de la negociación al PSPV».
La secretaria local de los socialistas insiste que «cualquier oferta debe realizarse desde el respeto», además de remarcar que «nuestros concejales, como todos los demás, han sido elegidos democráticamente en representación de los ciudadanos» y que «exigimos a los demás partidos que, como hacemos nosotros, no se metan en cuestiones internas de otros».
El alcalde llegó incluso a abrir la mano a acuerdos con el PSPV de Crispín, aunque Hernández insiste en que «los insultos no son el mejor camino para empezar una negociación».
