Los animalistas no están dispuestos a rendirse en la campaña emprendida para la eliminación del bou embolat de Sagunt, pese a la insistencia del ayuntamiento en rechazar la prohibición al ser una actividad «legal» sobre la que no tiene competencias, más allá del permiso para la utilización de la vía pública.
Tras recabar cerca de 3.300 firmas virtuales y el apoyo de los principales colectivos animalistas de la comarca, una de las impulsoras de este movimiento, la Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales (Anpba), remitió ayer un escrito al alcalde, Quico Fernández, en el que pone en duda la compatibilidad de mantener esta tradición con conseguir la declaración de la ciudad como Patrimonio de la Humanidad.
En la misiva firmada por el presidente de este colectivo, Alfonso Chillerón, se hace referencia a varias convenciones y declaraciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en las que, según Anpba, se defienden los postulados de los animalistas sobre el bou embolat.
Una de ellas, que giró en torno a la salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial, consideró que sólo se tendrá en cuenta el que «sea compatible con los imperativos de respeto mutuo entre comunidades, grupos e individuos», mientras que otra se refiere «al importante papel de los seres humanos en la protección de otras formas de vida, en particular los animales».
Imperativo para la Unesco
A partir de estos principios, Anpba considera que «la Unesco valora como un imperativo para incluirse un bien como Patrimonio de la Humanidad que sean respetados los criterios de todas las partes, así como la defensa de los animales», de tal forma que para conseguir este reconocimiento «el Ayuntamiento de Sagunto debería considerar la necesidad de prohibir el toro embolado, una modalidad de bous al carrer que inflige un intenso sufrimiento y pánico al animal».
El colectivo animalista, gran artífice de la eliminación de los patos vivos en las cucañas del Port, refuerza su reclamación con las palabras del vicerrector de la Universitat de València (UV), Antonio Ariño, durante la charla ofrecida en Sagunt en el marco de Les converses a la Via del Pòrtic. En esa ocasión, hace apenas un mes, defendió que los bous al carrer «no merecen ser protegidos como bien inmaterial, ya que el maltrato animal no es digno de ser preservado en el futuro».
Anpba también acompaña su último escrito al alcalde con el recordatorio de los posicionamientos del Tribunal Superior de Justicia de Madrid sobre el «maltrato anímico» al que se somete al toro embolado; la calificación como «violencia explícita» que hizo la UV contra esta tradición o el dictamen del Consell Valencià de Cultura a favor de su prohibición.
El colectivo, con sede en Madrid, también recuerda la moción aprobada por el pleno de Sagunt hace poco menos de dos años sobre la declaración como ciudad en contra del maltrato animal, que incluyó una disposición según la cual los animales «no deben ser víctimas de malos tratos..., formar parte de espectáculos violentos ni actos crueles que les comporten sufrimientos físicos o psíquicos».
Con el cobijo de todos estos argumentos, Anpba insiste al ayuntamiento en que «como extensión lógica» de su aspiración de ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco «tenga a bien desterrar, ya desde 2016, la anacrónica modalidad taurina del bou embolat, que provoca un evidente sufrimiento al animal». El colectivo también reclama a Fernández una resolución expresa sobre esta solicitud.
