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Día de petardos y tambores en Sagunt

El primer desfile procesional de la Semana Santa precedió a una ofrenda fallera a la Virgen que resistió a la lluvia

Día de petardos y tambores en Sagunt

El olor de la pólvora y el sonido de los petardos se mezclaron ayer en Sagunt con el ritmo de los tambores propios de la Semana Santa. La coincidencia del Viernes de Dolores y las Fallas hizo que la entrada de medio centenar de cofrades a la La Sang quedara revestida de un carácter muy singular y dejó imágenes curiosas. No obstante, la más impactante fue la del desfile procesional atravesando una plaza Major «tomada» en parte por la falla La Vila con un monumento ligado a la igualdad de sexos; esa que aún hoy muchos echan en falta en una cofradía de más de 500 años que, en pleno siglo XXI, veta la entrada a las mujeres.

El adelanto de la imposición de medallas y el desfile procesional hizo que, a partir de las 18 horas, ya hubiera revuelo en La Sang de cara a un desfile procesional hacia la Iglesia del Salvador que comenzó a las 18,30 horas con el paso del Ecce Homo, presidido por el clavario del año Vicente Sarió, el de 2015, Jaime Peris, y el presidente de La Sang, Jesús Larruga. Al son de los tambores y trompetas de las bandas de Sant Lluís Beltrán de Valencia y Santa Cecilia, la comitiva desandó luego el camino ya con los nuevos cofrades y con los mayorales entrantes, que celebrarán la fiesta en 2017, y esperaban en el templo del Raval. De nuevo los bebés eran mayoría entre las incorporaciones a La Sang, muchos de ellos llevados en carrito por sus familiares.

Como era de esperar, la coincidencia con las Fallas no impidió que la ermita de La Sang se llenara durante ese momento esperado de la imposición de medallas, a cargo del prior D. Vicente Gil, y entrega de los estatutos. Tras esa cálida bienvenida a los nuevos cofrades, tuvo lugar la habitual misa por los difuntos y después, se entregó una placa conmemorativa a la mayoralía que celebró la fiesta hace 50 años con Vicente Quevedo como clavario. Por último, se impuso la cruz y las medallas correspondientes al clavario entrante, Vicente Ferruses García, y a sus mayorales para ya luego, a las 23 horas, celebrar el tradicional Via Crucis por las calles del barrio del Raval, con estaciones engalanadas por los vecinos, en un acto en el que iban a participar tanto la mayoralía del año como la entrante.

Ofrenda pasada por agua

Cuando el sonido de los tambores aún resonaba por el casco antiguo, la ofrenda fallera a la Virgen de los Desamparados cambió el ritmo y dio paso a un reguero multicolor de flores, bonitos estampados, llamativas manteletas, vistosas mantillas y trabajados aderezos. Las falleras mayores de la comarca, Beatriz Alós y María Villar, abrieron la comitiva junto a sus cortes de honor y miembros de la junta, si bien la lluvia complicó la llegada de la mayoría de las comisiones y obligó a sacar paraguas. Aún así, el agua no aplacó a las fallas y todas continuaron hasta el final.

Como viene ocurriendo en los últimos años, numerosos falleros apostaron por recuperar la indumentaria tradicional y no faltaron hombres que cuidaban todos los detalles e iban vestidos de arriba a abajo al estilo del siglo XVIII con trabajadas camisas, coloridas mantas morellanas, cuidados calzones, calzas y fajas, así como la cabeza cubierta con todo tipo de accesorios, desde pañuelos a cofias o variados sombreros, ya fueran rodinas y monteras valencianas. Toda una apuesta por la tradición, la cultura y la calidad.

Una imagen parecida a ésta se vivirá hoy en el Port de Sagunt, a partir de las 11 horas, cuando la ofrenda empiece desde el centro cívico hacia la Alameda, un acto que contará con la participación de los Caballeros de la Conquesta de Castelló, como en 2014 y representantes de La Targa de Cecina. Ayer, la mayoría de las comisiones celebraron actividades propias mientras las cofradías y hermandades vivían el pregón, a cargo del exedil de Fiestas, José Luis Martí.

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