Un reciente e interesantísimo artículo de Levante-EMV bajo el título «El Sagunt romano fue el origen de 23 poblaciones» se explicaba, sobre la base de la tesis doctoral del arqueólogo Miquel R. Martí Matíes, que esos municipios nacieron a partir de los dos acueductos que suministraban agua a dicha ciudad desde Vilamarxant (Camp de Túria) hasta Bejís (Alto Palancia).

Según el citado doctor en arqueología, en la ribera del río Palancia, desde Bejís a Sagunt, nos encontramos con doce localidades que tuvieron villas romanas, a excepción de Sot de Ferrer (Alto Palancia) y Algar de Palància (El Camp de Morvedre), si bien reconoce que, aunque no hay restos catalogados de esa época, sí hay indicios en ambos de que pudiera haberlos.

Quizá sea interesante para los lectores, siquiera brevemente, conocer qué debe entenderse por villa romana.

A. Fornell Muñoz, de la Universidad de Jaén (Revista de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación 2002, pp. 1-19) y Francisco Javier Burgos Luengo (Revista digital Innovación y experiencias educativas de Granada), citando a los agrónomos romanos Catón, Varrón y Columela, nos ofrecen dos conceptos de villa romana. El primero habla de una modesta construcción en el campo al servicio de la explotación agraria y el segundo a la residencia lujosa concebida para el tiempo libre y el descanso, desvinculada de la propiedad de la tierra.

Pensamos que, cuando Miquel R. Martí Matíes habla de las villas romanas del Palancia, se está refiriendo a la primera de estas acepciones. Y cuando se refiere a Algar de Palància, como hemos visto, habla solo de indicios sobre la existencia de alguna villa romana y de que no hay restos catalogados.

En este punto, nos permitimos traer a colación lo manifestado por la arqueóloga Manuela Raga y Rubio en su importante trabajo Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos (Bienes de interés cultural, yacimientos arqueológicos y elementos etnológicos), ordenado por el Ayuntamiento de Algar de Palància como consecuencia de su Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).

La citada arqueóloga se refiere a la villa romana de l'Aljub d'Alfara, en el término municipal de Algar (los vecinos lo llaman «aljub de la regaora d'Alfara») y nos dice, entre otras cosas, que «el asentamiento romano conocido como L'Aljub d'Alfara es considerado como una villa rural, con cronología de los siglos I-III d.C. En la prospección se registra abundante presencia de fragmentos de materiales de construcción de época romana, por lo general de buen tamaño y con aristas, lo que indica su conservación prácticamente in situ, piezas de sillería reutilizadas e incluso fragmentos de rueda de molino reutilizados en los muros de mampostería que delimitan el bancal actual. Otros restos cerámicos de producciones del tipo TSH y cerámica común de esta cronología también son muy abundantes en la zona delimitada como yacimiento y en su correspondiente margen de seguridad. De entre los materiales cabe destacar la presencia de una pieza de piedra caliza, cilíndrica, probablemente de un molino, de 125 centímetros de diámetro y de altura constatada de 1 metro, con una serie de muescas rectangulares, simétricas, asociadas a su funcionalidad. Sobre las parcelas delimitadas se observan, además de los restos de material de construcción de época romana y sillería, abundantes fragmentos de ánfora y de otros recipientes de cerámica común, tanto de almacén y transporte como de servicio de mesa. En la bibliografía consultada, consta el hallazgo de «pondera», partes conservadas in situ de un piso de pavimento de ladrillo romboidal, incluso un pequeño mosaico (en el aljibe) que reutiliza 16 teselas originales de un mosaico romano».

Altozano rodeado de cultivos

Hay que decir que el lugar descrito está situado en un pequeño altozano, rodeado de tierra apta para el cultivo, a un kilómetro de distancia del casco urbano de Algar y no demasiado lejos del cauce del río Palancia y de la actual Acequia Mayor de Sagunto.

Con independencia de que los restos estén o no catalogados, de lo que digan los expertos autorizados en la materia y de los quizá necesarios trabajos de excavación arqueológica, como dice la arqueóloga Manuela Raga y Rubio, creemos con cierta verosimilitud que también en Algar hubo una villa romana en los primeros siglos de nuestra era, igual que ocurrió en el resto de pueblos próximos al río Palancia y al antiguo acueducto de Bejís a Sagunt.