La Semana Santa de Sagunt vivió ayer su día grande con un Via Crucis que abarrotó el Calvario; uno de los más multitudinarios que se ha visto en los últimos años y una subasta, la de la tarde, que hizo historia con los 11.660 euros que gastaron los cofrades para portar las andas, cerca de 4.000 euros más que en 2015.
La gran afluencia de vecinos ha sido una de la constantes en esta Semana Santa, prueba de ello fue que el Sermó de la Galtà, que se ofició tras la subida al Calvario, dejó a decenas de personas de pie dada la concurrencia que presentaba la iglesia de Santa María.
El Via Crucis también fue de los más secundados, pero sin duda la anécdota del Viernes Santo la marcó la entrada del Nazareno en el Calvario con el día ya amanecido, cuando suele hacerlo en penumbra. Esta fue la estampa más comentada de la jornada de ayer a la que sumó la del dolor y el sufrimiento de unos jóvenes, la Mayoralía 2015, portando el paso hasta arriba.
La entrada del Nazareno en la Ermita de la Sang tras finalizar el Via Crucis fue otro de los momentos más emotivos, ya que siguiendo la costumbre de los últimos años, los mayorales de 2015 volvieron a levantar a pulso el anda arrancando el aplauso de los presentes. La tarde también se desarrolló con normalidad, aunque fue una tarde histórica, ya que las pujas de la subasta de las andas, los sayones, el tambor y el traje del capitán, alcanzaron cifras bastantes altas para lo que se ha pagado en los últimos años.
El paso del Nazareno fue el gran protagonista de la subasta y el que mayores pujas atrajo, hasta pagar por él 2.500 euros, más del doble que en 2015. Tras éste, la Soledad fue otra de las andas deseadas, por la que se pagó 1.500 euros, frente a los 700 euros del año anterior. Otros pasos protagonistas fueron el Ecce Homo (1.100 euros), el Crist la Bona Pau (900 euros) o la Dolorosa (850 euros), mientras que por el resto se pagó entre los 300 y los 700 euros. En cuanto al tambor, su precio se plantó en los 550 euros, los sayones en 500 euros y el traje de capitán en 80 euros; pujas por las que los mayorales de 2016 mostraban su satisfacción valorando la cita de «gran subasta».
La entrada de la Soledad y del Santo Sepulcro a la Sang ponía fin a este acto comenzando casi de inmediato el siguiente, la procesión del Santo Entierro, en la que se vivieron instantes de gran emoción.
El cansancio de los mayorales de 2016, los protagonistas de esta Semana Santa, se dejaba sentir en sus rostros, que unido a la emoción de portar la Vera Creu, el símbolo más sagrado de esta cofradía, provocó que en muchos momentos del recorrido, estos jóvenes de entre 22 y 28 años, se derrumbaran. Las lágrimas y el sentimiento se apoderaron de la mayor parte de ellos, sobre todo en el momento de llevar la Vera Creu en ciertos tramos del recorrido, emotivos para ellos.
El fervor por esta procesión se dejó sentir en las calles de Sagunt que volvieron a llenarse de gente para ver procesionar a cerca de 600 cofrades y recoger caramelos.
