«No existe medio químico ni mecánico que limpie la cera de las hachas de Semana Santa. La única solución es que se cambien por lucecitas». Así de rotundo se muestra Enrique Catalá, gerente de la SAG, empresa del Ayuntamiento de Sagunt que se encarga del aseo urbano en la capital comarcal. «En toda España estamos todos como locos buscando alguna fórmula, pero es imposible, porque los restos se incrustan en las rugosidades de la calzada».
Además de reconocer que el problema viene de lejos, aunque últimamente es cuando se han acumulado más denuncias, Catalá asegura que la instalación de moquetas, las continuas limpiezas o incluso alguna máquina especial con la que se probó hace unos años han sido incapaces de evitar este problema, que ha provocado varios accidentes a lo largo de los años.
Velas hidrosolubles
Entre las soluciones experimentales que se aplican en casos similares al de Sagunt, como en Málaga, se encuentra la fabricación de velas hidrosolubles, que hacen que la cera no se quede pegada al suelo y se pueda limpiar con chorros de agua.
Sin embargo, en un primer paso, esta fórmula se ha demostrado eficaz sobre determinadas superficies, como el hormigón, aunque los resultados no son tan satisfactorios para el pavimento. Hasta que se encuentre este remedio, la solución pasa por extremar las precauciones.
