El hecho de que haya cámaras de tráfico en Sagunt que estén fuera de servicio ha supuesto un jarro de agua fría para los propietarios de los coches quemados el viernes de madrugada en una calle del Port de Sagunt. Al ver que una enfocaba el lugar, los afectados confiaron en que la grabación permitiría confirmar las sospechas de que había sido fruto del lanzamiento de un cóctel molotov casero, en un acto intencionado un vehículo, como venganza hacia personas de su entorno. Sin embargo, luego descubrieron el aparato no funcionaba. «¡Si la cámara hubiera ido, habría grabado a quien quemó los tres coches o, al menos, confirmado que fue adrede! No hay derecho a que gastaran dinero público y no se usen», decía un afectado, Javier Carrillo. M.a. sagunt
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