El derbi más descompensado de los últimos tiempos medirá mañana en el Camp Nou de Morvedre a partir de las 18 horas a un líder pletórico que llega en el mejor momento de la temporada, el Atlético Saguntino, y a un colista prácticamente desahuciado y al borde del descenso matemático, el CD Acero.
Pese a las abismal diferencia en la clasificación, nada menos que 48 puntos separan a ambos equipos, los dirigentes de uno y otro club coinciden en que a la hora de afrontar un derbi no importan las distancias, porque se trata de un partido especial, como se demostró en la primera vuelta, cuando los rojillos encontraron más resistencia de la esperada antes de llevarse los tres puntos del Fornás.
El vicepresidente saguntinista, Rubén López, señala sobre la actitud de su equipo de cara al derbi que «vamos a afrontar el partido como si jugásemos contra el segundo clasificado. El Acero está compitiendo muy bien en los últimos partidos pese a su clasificación y seguro que será un encuentro igualado como ya lo fue el de la primera vuelta. Ellos están jugando sin presión, porque lo tienen muy difícil para salvarse y eso les puede venir bien».
En la parte contraria, el presidente rojiblanco, José Manuel Gil, asume el favoritismo de sus rivales, aunque confía en las posibilidades de su equipo: «En un partido así no hace falta decirle nada a los jugadores, las ganas con las que van a saltar al campo van a ser las máximas. Cuando llega un coche de esta clase, la clasificación no importa y puede pasar cualquier cosa, aunque está claro que el Saguntino es el favorito», añadía el mandatario porteño.
En cuanto a la situación en la que uno y otro equipo llegan al partido de la máxima rivalidad, al que los socios rojillos entrarán gratis y el resto deberá abonar 5 euros, el vicepresidente saguntinista señala que «probablemente llegamos en el mejor momento de la temporada. Hemos vuelto a nuestro mejor nivel tras recuperar a algunos lesionados y nuestro objetivo es acabar como primeros de grupo». Por su parte, el presidente acerista señala que «la última derrota nos hizo muchísimo daño (0-2 ante el Borriol). Había jugadores llorando en el vestuario y la moral estaba por los suelos, pero este es otro partido y los chicos estoy seguro que lo van a dar todo».
Últimas seis jornadas
Una victoria saguntinista garantizaría la presencia de los rojillos en la promoción de ascenso a segunda B a cinco jornadas para la conclusión de la liga, además de que acercaría sobremanera la posibilidad de lograr el campeonato, ya que el segundo clasificado se encuentra a ocho puntos. Por contra, una derrota acerista unida a otros resultados en esta 33ª jornada podría certificar el descenso matemático del equipo del Port de Sagunt.
