La bandera republicana ondea hoy en las instituciones de Sagunt como «gesto simbólico en memoria de los que lucharon por la democracia y la libertad durante la Guerra Civil y durante la dictadura. Un ejemplo de ello son los 27 fusilados en 1939 en el cementerio de Sagunto, que merecen un reconocimiento y el mejor de los homenajes», explicaban desde Esquerra Unida en respuesta a la crítica que realizaba el PP sobre este hecho recordando al tripartito que esta bandera «no es constitucional».

Desde EUPV condenan la posición de los populares en el último pleno en el que se negaron a apoyar una moción en favor de la Memoria Histórica en la que se condenaba el franquismo y se pedía el reconocimiento jurídico y político de las víctimas, un hecho por el que los de izquierdas aseguran sentir «vergüenza», ya que «su comportamiento es un insulto y humillación a los miles de fusilados y abandonados en fosas comunes y cunetas. Pero no solo ellos, sino también los dirigentes del mundo obrero de nuestro propio pueblo que sufrieron la represión, la tortura y la persecución, algunos de ellos todavía con vida y que merecen un reconocimiento a su lucha que consiguió conquistar los derechos que ahora intentan arrebatarnos».

El grupo municipal de Esquerra Unida afirma que el gobierno de Sagunt tiene la obligación de hacer todo lo que esté en su mano en memoria de las víctimas y aseguran que «está comprometido con la rehabilitación política y cívica de todos aquellos ciudadanos que fueron víctimas de la represión franquista, ya fuese durante el alzamiento militar o durante la posguerra».

El yugo y las flechas

Ante esta coyuntura histórica, consideran que el Partido Popular «debería condenar los crímenes contra la humanidad cometidos por el régimen y apostar realmente por la reparación de las víctimas de esos trágicos años de la historia de España. Por desgracia y dado su comportamiento, parecen sentirse más identificados con el yugo y las flechas que con un verdadero sistema democrático».

Desde EU recuerdan que en España contamos con más de 150.000 desaparecidos, 2.300 fosas comunes sin exhumar, más de 30.000 niños robados, miles de ejecutados en juicios sumarísimos, exiliados forzosos o deportados a campos de concentración, víctimas vivas maltratadas o torturadas con las consiguientes secuelas físicas que en ellos pervive.