Unos trabajos realizados junto a la montaña de Sant Cristòfol de Sagunt han permitido el hallazgo de unos restos arqueológicos que han ampliado aún más el territorio que ocupó la población durante la época romana. Así lo aseguraban a Levante-EMV desde la delegación de Patrimonio del Ayuntamiento de Sagunt, tras confirmar que las primeras hipótesis de los arqueólogos apuntan a una dirección: Los dos muros encontrados pertenecían a una construcción de ese periodo, «probablemente, una villa», decían.
Esto conecta con el descubrimiento que tuvo lugar hace unos años, también al Norte del Palància, donde ya aparecieron vestigios de una villa en una zona cercana; si bien por ahora se desconoce si ambos pudieran pertenecer a la misma edificación o no.
Los restos salieron a la luz cuando se preparaba la plantación de varios árboles en la zona verde situada junto a la montaña con tal de acabaran con la actual falta de sombra en el lugar.
El hallazgo provocó la inmediata paralización de las plantaciones en el espacio colindante, en previsión de que allí pueda haber más restos .
En un principio, la idea del Ayuntamiento de Sagunt es preservarlos y taparlos, aunque el concejal de Patrimonio Pablo Abelleira (ADN Morvedre) reconocía que «lo ideal» sería en un futuro poder poner en valor los restos y dejarlos visibles, como se está haciendo con los hallazgos de época romana encontrados hace años en el solar de la calle Huertos, donde ahora se está dando forma a una plaza.
Valor arqueológico
El descubrimiento ha reafirmado el valor arqueológico de la zona del norte del Palància que ya se reveló durante las obras de urbanización y durante la construcción particular en algunas parcelas.
Entonces se encontraron vestigios de diversos tipos, desde dos villas romanas a un centro de alfarería atribuido al periodo islámico, así como un molino hidráulico datado entre los siglos XIV y XV.
La villa más cercana a la zona donde ahora han aparecido los muros se localizó inicialmente entre un dotacional y un vial, pero luego también se hallaron vestigios de ella en dos parcelas privadas.
También se halló edificación de este tipo, incluso dotada con termas en la zona de La Vallaeta, primero en la urbanización y luego en un solar donde se iba a edificar.
El alfar islámico, con zona de necrópolis incluida, fue otra de las grandes sorpresas cuando se impulsaron las obras en varias parcelas de la unidad de ejecución 4, es decir, la segunda que se desarrolló en dirección a Sant Cristòfol.
Lo mismo ocurrió con las huellas de un molino hidráulico, que se vieron primero en trabajos de urbanización de esa zona y, posteriormente, en las tareas de edificación de un solar.
Sin embargo, ninguno de todos estos hallazgos se llegó a poner en valor para dejarlo a la vista y hacerlo visitable, como se había hecho con los restos de la plaza de la Morería, la Domus dels Peixos o algunos tramos de la avenida País Valencià de Sagunt, siempre con los informes favorables de los técnicos de la Conselleria de Cultura, al considerar que esos descubrimientos lo merecían.
De hecho, ante los enormes daños que la antigua plantación de naranjos había provocado al norte del río, muchas estructuras se acabaron desmontando, siempre tras el visto bueno de los técnicos de la Conselleria de Cultura y después de proceder a su estudio, documentación y valoración.
Aún así, parte del molino quedó en protegido con mallas geotextiles debajo de un vial y lo mismo ocurrió con un tramo de la villa de La Vallaeta.
