La información publicada en exclusiva por Levante-EMV sobre un hallazgo arqueológico realizado en la ladera del castillo de Sagunt en 1928, pero que acabó perdiéndose, ha permitido sacar a la luz que un vecino de la ciudad guarda en su casa un proyectil de piedra ígnea idéntico a los utilizado por el ejército de Aníbal; una pieza que puede convertirse en la única evidencia arqueológica conservada en la localidad de la conquista que le dio fama mundial al desencadenar la Segunda Guerra Púnica entre Roma y Cartago.
Tras leer el reportaje de este periódico, el exedil de Cultura e investigador local Manuel Civera ha reconocido a este diario que en su casa conserva una bola de este tipo, que él mismo encontró hace más de 40 años en la ladera exterior del Castillo «a nivel superficial».
Se trata de un proyectil realizado en piedra negra de 16 centímetros de diámetro que debió impactar contra algo, pues presenta un lateral dañado.
Civera admitía que «nunca había pensado que pudiera tener tanto valor histórico» hasta que el pasado domingo leyó Levante-EMV y conoció que decenas de proyectiles hallados en 1928 con esas características eran iguales a los utilizados por el general cartaginés y, por tanto, tenían visos de ser los restos del histórico asedio a la ciudad, como apuntaba el doctor en Urbanismo Miquel R. Martí tras adquirir 168 fotos tomadas en la cantera del Castillo en los años 20, con anotaciones realizadas por el ingeniero que dirigió la explotación.
La pieza hallada por el exconcejal se encontraba justo en la misma zona donde, en los años 20, aparecieron más de 70 que luego fueron apiladas por unos obreros de la cantera y fotografiadas junto a un apunte que las calificaba como «graníticas», es decir, un material de origen volcánico inexistente en Sagunt y del tipo utilizado por Aníbal.
Como explicaba el exconcejal: «A mí de joven me gustaba ir mucho por allí. Un día, cuando tenía unos 14 años, ví la bola y la cogí sin más», decía recordando que en esa época «nadie avisaba a las autoridades por una cosa así; tenía que ser algo con un interés excepcional y fuera de dudas», decía.
Esto contrasta con lo que ocurre en la Comunitat Valenciana desde 1998, ya que la Ley de Patrimonio aprobada ese año obliga a comunicar a la Conselleria cualquier hallazgo en menos de 48 horas. De hecho, el exedil insistía en que queda a total disposición de la Conselleria para que se pueda analizar la pieza y trasladar al Museo Arqueológico de la localidad. «Es evidente que hay cosas que son patrimonio de todos. Yo hasta que no leí el periódico no había pensado demasiado en ella, pero ahora creo que debe saberse que la tengo y que hay una posibilidad real de estudiar a fondo una de esas bolas ígneas», decía.
El exconcejal resaltaba que hace tiempo ya donó algunos restos arqueológicos encontrados por su familia cuando reformaron un viejo inmueble en la Ciutat Vella y lo acondicionaron como vivienda.«En esos casos, no tenía dudas de que se trataba de piezas interesantes, pero en la bola de piedra no había caído hasta ver el periódico», apuntaba.
