El teatro se confirmó como una potente arma de evasión, pero también de denuncia, durante la muestra que la Escuela Municipal de Sagunt ha llevado a cabo durante varias semanas. Desde niños de corta edad a adultos, todos se transformaron en la escena y llenaron de emoción diversos espacios de la ciudad. Especialmente signitificativo fue el microteatro en una vivienda del barrio de El Raval, como reconocía el concejal de Cultura, José Manuel Tarazona, además de resaltar el «gran trabajo realizado en general por todos los grupos» y «lo interesante» de estas apuestas para un público reducido, poco conocidas en la ciudad, pero que se viven de forma «muy intensa». Esta última iniciativa se impulsó en colaboración con el área de la Dona y dio vida a una particular «Casa de Bernarda Alba». No obstante, la oferta fue variada y llegó a todos los públicos.