El desfibrilador que posee el club náutico de Canet d'En Berenguer estaba en perfectas condiciones de uso, según explicaban desde la entidad, si bien apuntaban que, ante la emergencia registrada el pasado domingo, el personal sanitario presente antes de la llegada de los efectivos de emergencia optó libremente por hacer las técnicas de reanimación manual. Pese a los esfuerzos realizados, finalmente no se pudo hacer nada por su vida y desde el juzgado de guardia se certificó su muerte.