«Para mí todo esto ha sido un mazazo impresionante». Con estas palabras resumía ayer a Levante-EMV el aún alcalde de Torres Torres, Rafael Gil, lo vivido desde que el miércoles por la mañana, agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil se presentaran en la localidad y se lo llevaran arrestado durante dos días hasta los calabozos de la Comandancia de Valencia por su supuesta vinculación con un grupo dedicado al cultivo y tráfico de marihuana, cocaína y armas.
Gil se expresó así en el mismo Ayuntamiento de Torres Torres, donde acudió ayer unos minutos y no tuvo inconveniente en atender a un fotoperiodista de este diario y a varias preguntas de una redactora, si bien alegó tener prisa y apenas se extendió en sus explicaciones.
«Ha sido duro. Yo no estoy acostumbrado a estas cosas», añadía un edil que pudo eludir la prisión provisional ordenada por el juzgado número 4 de Sagunt al pagar una fianza de 30.000 euros. Gil no quiso entrar en detalles sobre las razones que había llevado a su arresto, aunque en privado insistía en que todo tenía que ver con la detención anterior de varios de los extrabajadores de su empresa de naranjas. «Del caso no voy a decir nada porque está todo bajo secreto de sumario», apuntó. También rechazó dar detalles sobre su futuro político. «Aún no está claro si dimitiré o no», decía pese a haber confirmado durante el fin de semana al PSPV provincial que no iba a dejar el cargo.
