Un año más, los municipios de la Vall de Segó despiertan de modo particular en su primer domingo de agosto. El cántico de los romeros de l´Aurora llenó calles y plazas de los cinco municipios de la subcomarca. Una romería que despierta con el alba y, tal y como la forjaron Ramón Micó Colomer y Josep Martínez Rondan, concluye en el templo de Sant Jaume de Benicalaf. Un vestigio histórico clave en la historia de Benavites que desde la Asociación Amics de Benicalaf se lucha día tras día por recuperar.
La Romería de l´Aurora se ha convertido en una cita clave para vecinos, amigos y visitantes de la Vall de Segó, que aprecian la riqueza medioambiental y patrimonial de la subcomarca. Desde las cuatro de la madrugada los romeros toman su caña, símbolo del sustento del caminante, y recorren las iglesias de todos los municipios. «Benavites els pobles convida a cantar l'Aurora per camins germans, cantarem a la llum i a la vida i a Nostra Senyora, la flor de les Valls. Veniu a cantar que perdons i molt plena indulgència avui a Benavites haureu de guanyar». Con estos versos inició Josep Martínez Rondan su composición para la Romería a Benicalaf.
La singularidad de les Valls permite a los romeros iniciar su recorrido desde el primer punto que sería la Parroquia de la Mare de Déu dels Àngels de Benavites y seguir todo el trayecto circular al que se unen muchos vecinos hasta concluir en Benicalaf. De ahí que el grueso de la peregrinación se desarrolla entre Quartell y Benicalaf. Con la llegada a Benavites, los romeros disfrutan de un desayuno para recuperar fuerzas y tras la celebración litúrgica, en procesión junto a la Mare de Déu dels Àngels, bajan hasta el poblado de Benicalaf.
