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La Benemérita investiga una denuncia por intento de secuestro de un niño

El pequeño, de 10 años, afirma que un hombre le persiguió por Algímia tras bajarse de un coche

La Benemérita investiga una denuncia por intento de secuestro de un niño

La Guardia Civil investiga una denuncia por supuesto intento de secuestro de un niño de 10 años en Algímia d´ Alfara.

Como relataba el padre del menor a Levante-EMV, los hechos ocurrían el lunes cerca de las 19 horas cuando el pequeño volvía de comprarse un helado en un bar situado a la entrada de la localidad, y a mitad de recorrido hacia casa de su abuela, le llamó la atención un coche plateado que estaba parado entre las calles Ramón y Cajal y Pintor Sorolla, a la altura de una entidad bancaria. El niño escuchó el pito del vehículo y vio cómo arrancaba hacia él.

«En ese momento, bajó del coche el copiloto con intenciones de cogerlo, así que el chiquillo comenzó a correr y el hombre fue detrás de él por varias calles hasta que lo perdió», explicaba. «No sé si es que vieron a gente por la calle, o lo perdieron; no lo sabemos. El caso es que llegó a casa de su abuela», apuntaba.

A este relato la abuela del menor añadía que su nieto llegó hasta las afueras de Algímia, casi a la zona de huerta, desde donde regresó a casa «muy asustado», comentaba ésta.

Según la familia, el niño recuerda que era un vehículo gris y que dentro había tres personas, dos hombres delante y una mujer detrás.

Al parecer no hubo testigos de lo que sucedió, ni tampoco cámaras que pudieran grabar lo ocurrido; «una lástima», decía el padre, «ya que de haberse mantenido la sucursal bancaria, ahora convertida en asesoría, sus cámaras podrán haber cogido algo», decía.

Los familiares han interpuesto una denuncia en la Guardia Civil, tal y como ha avanzado el padre a Levante-EMV. De hecho, la Benemérita investiga a hora los hechos sin descartar ninguna hipótesis. El progenitor del pequeño añadía en este sentido que agentes de la brigada Judicial acudieron ayer por la mañana para reconstruir los hechos.

Aunque el menor seguía ayer jugando en la calle bajo la mirada de sus familiares, su abuela apuntaba que «no ha comido nada desde ayer», si bien su padre insiste en que está tranquilo. Aún así, el progenitor reconocía que él mismo no durmió nada la noche en la que pasó todo.

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