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Fiestas que dejan huella hasta en plena Calderona

El parque público del valle de Sant Esperit acaba repleto de botellas, excrementos y basura tras los festejos de la zona

Fiestas que dejan huella hasta en plena Calderona

Las fiestas en el valle de Sant Esperit han dejado en un estado lamentable la zona recreativa del parque situado junto a La Pérgola de la sierra Calderona.

Además de la basura acumulada, el área registraba defecaciones y restos de colillas en el suelo en un espacio en plena naturaleza rodeada de arbustos y pino, lo que implica un grave riesgo de incendio en el área de influencia de un parque natural.

A esto se suma «el botellón en las puertas de las casas« o el «incumplimiento de la normativa que prohíbe beber alcohol en la calle», denunciaban los vecinos, incluso «los altos niveles de ruido»

La resaca de estos festejos han provocado que varios residentes de la zona hayan puesto el grito en el cielo sobre la necesidad de regular esta situación y evitar que vuelva ocurrir. De hecho, los concesionarios del parque junto a la piscina, se suman a la petición aclarando que están a favor de que se celebren los festejos pero con más de civismo y con mayor implicación municipal respecto al control de los mismos.

Precisamente los nuevos administradores del complejo han sido los encargados de adecentar todo el recinto, pese a ser un parque municipal de uso público destinado principalmente a los más pequeños. El consistorio actuó en las calles colindantes.

Ante lo sucedido, el ayuntamiento ya está estudiando medidas de cara al próximo año, tal y como ha revelado el responsable de Fiestas de Gilet, Carles Cataluña. Entre éstas, el socialista exponía la posibilidad de modificar la concesión actual del parque. Tampoco descartaba la instalación de carteles de prohibido fumar en la zona y barajaba la instalación de váteres químicos, una posibiidad que planteará a los organizadores de las fiestas.

Los vecinos explicaban a Levante-EMV que se trata de una zona recreativa para «el disfrute de todos donde se deben conciliar intereses, algo que «durante las fiestas no ha sido posible». Así, proponen que a la hora de programar festejos se tenga en cuenta el entorno. «No todo vale ahí», decían, proponiendo actividades que fueran más respetuosas con el medio ambiente y no implicarán vertido de residuos, destrozos y acumulación de basura.

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