El pleno del Ayuntamiento de Sagunt dio ayer luz verde de forma unánime a la nueva ordenanza de residuos, que, tras superar los trámites administrativos pertinentes, permitirá derogar el texto que sigue en vigor desde hace 30 años. En este tiempo, la separación de la basura en origen se ha convertido en una prioridad para las administraciones y así lo recoge el nuevo texto, que obliga a los vecinos de la capital comarcal a hacer esta selección de la basura doméstica, bajo la amenaza de imponer sanciones.
Concretamente, la ordenanza señala que «la ciudadanía está obligada a segregar para su recogida separada el vidrio, los envases ligeros, el papel y el cartón, los bioresiduos, los aceites domésticos, la ropa y calzado usados, los restos de medicamentos, las pilas, los animales muertos, los voluminosos, los residuos de aparatos eléctricos, de construcción y sanitarios, así como los vehículos al final de su vida útil».
Esta concreción en las obligaciones vecinales contrasta con la ordenanza que todavía está en vigor, que se limita a señalar a este respecto que «el ayuntamiento podrá disponer, si lo considera conveniente que en toda la ciudad, o en sectores o zonas determinadas, se presenten por separado o se depositen en recipientes especiales aquellos residuos sólidos susceptibles de distintos aprovechamientos posteriores, como papeles, botellas de vidrio, etc.»
En cualquier caso, la aprobación definitiva de la ordenanza de residuos no supone que inmediatamente se ponga en marcha la campaña de multas, ya que el propio texto cuenta con una disposición transitoria que contempla una moratoria de un año en la imposición de sanciones a la ciudadanía por no seleccionar los desechos domésticos. Será a partir de entonces, tras las campañas y las jornadas de sensibilización y educación sobre esta materia, cuando se aplicará un régimen sancionador, que considera esta falta de separación como una infracción leve susceptible de ser multada con hasta 150 euros.
Sanciones por tirar colillas
A este nivel también se sitúa el depósito de los residuos «sin compactarlos para reducir su volumen y que se aproveche al máximo la capacidad de las bolsas y contenedores»; hacerlo en horas y lugares distintos de los establecidos; el abandono de desechos en la vía pública, incluidos «papeles, chicles, colillas, caramelos, cáscaras y similares»; o la manipulación de los contenedores o su contenido.
Otro aspecto destacado de esta ordenanza, que no generó ningún debate en el pleno de ayer al estar consensuada en varias comisiones anteriores, se centra en la obligación de los ciudadanos de comunicar la existencia de residuos abandonados en la vía pública, como vehículos, muebles, animales muertos o residuos de la construcción y demolición.
Además, el texto recoge la necesidad de que el ayuntamiento «promueva la firma de acuerdos con entidades públicas competentes en materia de menores de la Comunitat Valenciana para facilitar la ejecución de las medidas de reforma impuestas por los juzgados de menores consistentes en trabajo en beneficio de la comunidad,facilitando que los mismos puedan realizar labores de limpieza y de recogida de residuos, siempre que estén relacionadas con la naturaleza del bien jurídico lesionado por el hecho cometido por aquellos».
