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Rescate

"Haber reanimado al bebé es la mejor medalla que me puedan dar"

Un subinspector de policía devuelve la vida a un pequeño que se quedó sin pulso en Sagunt

"Haber reanimado al bebé es la mejor medalla que me puedan dar"

Admite que llegó a sentir «angustia» al ver que la vida de un bebé se le escapaba entre sus manos, sin que el pequeño reaccionara a las maniobras de Heimlich que le estaba practicando. Reconoce haber revivido algunas escenas en sueños. Sin embargo, este subinspector de la Policía Nacional destinado en Sagunt logró finalmente lo que ya parecía imposible y, aunque estaba fuera de servicio, consiguió reanimar con éxito a un bebé de casi dos años de edad que se quedó sin pulso y sin respiración en un centro comercial de Sagunt, tras caer desplomado de una pequeña atracción que no estaba en funcionamiento.

Humberto, de 41 años, había acudido allí con su mujer y con sus dos hijos de 8 y 10 años cuando, de repente, un revuelo llamó su atención y acudió a prestar ayuda. Como explicaba a Levante-EMV: «Creía que sería alguna persona que habría sufrido un bajón de tensión pero me encontré con un niño pequeño en pañales que no podía respirar, mientras su madre gritaba ¡mi niño, mi niño! y su abuela pedía ayuda. Fue un impacto, pero lo cogí entre mis brazos y empecé la maniobra de Heimlich por si se había atragantado».

Mientras el nerviosismo crecía a su alrededor y tanto su mujer como sus hijos le seguían con la mirada, colocó al menor en posición de seguridad, golpeó sobre las escápulas comprobando cómo empezaba a reaccionar tirando espuma por la boca y, acto seguido, le bajó la mandíbula con la mano e introdujo los dedos para que no se ahogara con su propia lengua. «Aunque pedí una cuchara de madera para no hacerlo con el dedo, sólo me daban un palito de polo, peor eso tenía el riesgo de que lo rompiera. Así que le tiré de la lengua, que se había quedado hacia atrás, él reaccionó con un ronquido y mordió con fuerza mi dedo en un acto reflejo», aseguraba.

La esposa del agente no dudó en parar a una patrulla de la Policía Local que en ese momento pasaba y, tras contarle lo sucedido, trasladaron en su coche a Humberto con el bebé y a su madre. El agente durante el trayecto llamó a la sala del 091 para informar de que iban camino del hospital para que avisaran al centro y les esperaran en Urgencias.

Una vez en el hospital, al dejar el policía al bebé en la camilla, este último comenzó a llorar y ya fue atendido por los médicos. Instantes después llegaba al hospital la abuela del menor muy nerviosa, por lo que el policía se esperó con ella para tranquilizarla hasta la llegada de más familiares.

El bebé quedó ingresado toda la noche en observación pero, según pudo saber este diario, unos días después recibió el alta hospitalaria.

Después de haber visto luego sano al niño y abrazar a sus padres, Humberto asegura no pensar en posibles condecoraciones. «Haber salvado y reanimado al bebé es la mejor medalla que me pueden dar. Además, ya me han dado varias», decía mientras recordaba la lograda por salvar a una joven que se estaba ahogando en 2009 en la playa de Riazor justo en el lugar donde murieron otros tres agentes, dos de ellos, amigos suyos.

Tras haber prestado servicios en Pakistán y en grupos especiales, este subinspector de raíces gallegas que lleva dos años en la comisaría de Sagunt apuntaba que no es la primera vez que se enfrenta a una emergencia vital, como la que en 2005 le llevó a rescatar en Valencia, junto a otro policía, a dos niñas atrapadas en el incendio de una vivienda, una de 16 meses y otra de 4 años. No obstante, puntualizaba que «todo cambia cuando vas de paisano». Según afirmaba: «En un servicio eres consciente de lo que te vas a enfrentar y tienes medios. A mí esto me pilló de sorpresa y no tenía ni batería en el móvil para haber llamado al 112, ni mi mochila de trabajo donde me gusta ser previsor y llevo desde todo, incluso cuerdas».

Humberto resaltaba que los policías son a menudo los primeros en llegar a una emergencia y, por ello, ve conveniente que «sepamos un poco de todo, de primeros auxilios o de cómo actuar en un incendio si hay vidas en peligro». Así, reconocía la utilidad de los cursos de formación que ofrece la policía «y donde muchas veces hay problemas para entrar».«Con esos conocimientos, puedes salvar vida», decía.

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