«Los abuelos ya no están solo para malcriar a los nietos». Así de contundente se expresó Laura Antoni al comenzar en Canet d' En Berenguer una charla donde abordó el papel de los abuelos en la educación de los nietos.
La conferencia, que se dio dentro de la Semana del Mayor, vino motivada por las demandas planteadas por algunas vecinas tanto a la concejal de Asuntos Sociales, Antonia Albalat, como a la propia Laura Antoni, en el servicio de estrategias educativas para padres y madres que ofrece el Ayuntamiento de Canet d´En Berenguer de forma gratuita a los empadronados, donde se tratan casos de conducta y estrategias de comportamiento con niños y adolescentes.
Como explicó Antoni: «Debido a la incorporación de la mujer al mundo laboral, la custodia compartida establecidas en las separaciones y el incremento de las familias monoparentales, el papel de los abuelos en la educación de los nietos ha tomado mucha importancia convirtiéndose en "abuelas casi madres y abuelos casi padres"».
Ante este aumento de responsabilidad, estos se ven muchas veces desorientados, incluso estresados por si lo están haciendo bien, si consienten demasiado o si les falta de autoridad.
Consejos a los abuelos
La charla pretendía precisamente concienciar de lo positivo de la relación abuelos-nietos, destacando el vínculo tan favorable que se crea entre ellos: Transmisión de información, historias, experiencia y tiempo.
También se dieron consejos para evitar ciertos conflictos que suelen aparecer con los padres y madres. Entre ellos, «nunca hablar mal de los padres ante los nietos, ya que lo que consiguen los abuelos es disminuir la autoridad de los progenitores y desorientar a los niños. Y no ser excesivos con los regalos y chuches pues provocan en el niño una actitud caprichosa y egoísta».
Antoni incidió en que «los abuelos no tienen que incitar a una educación opuesta a la de los padres y deben estar siempre en su sitio, sin inmiscuirse en asuntos que no son de su competencia como relaciones de pareja ni cuestionar la educación». También recomendó «no ser sobreprotectores y defender siempre la causa de los nietos, sino servir de conciliadores, no de abogados defensores de los nietos, en los conflictos entre padres e hijos».
