Como ya se ha convertido en tradición durante las últimas temporadas, el Barcelona fue el verdugo del Fertiberia BM Puerto en la Copa del Rey, aunque en esta ocasión con el agravante de que fue el filial azulgrana el que dejó a los rojiblancos fuera de esta competición a las primeras de cambio.
En un encuentro marcado por las bajas, ya que a las previstas de Tarrasó y Pocholo se unieron Sorrentino y un renqueante Bruixola, el técnico del conjunto porteño, Nikola Milos, apunta que «sabíamos que era complicado, más si cabe con ocho jugadores, porque no pudimos meter el ritmo que nos hubiera gustado al partido». Frente a un rival «lleno de buenos jugadores» que cuenta sus partidos en división de honor plata por victorias, el técnico del Fertiberia apunta que «ofrecimos resistencia hasta donde pudimos y tengo que dar la enhorabuena a todos mis jugadores, porque lo han dado todo».
Y es que los visitantes dominaron de principio a fin y sólo una reacción visitante en la segunda mitad, que contrajo la diferencia hasta los 2 goles, hizo peligrar la victoria, la única en la jornada de ayer en la que un equipo de plata eliminó a su rival de Asobal.
Alex Pozzer volvió a ser el máximo artillero de los porteños, al superar la decena de goles, aunque más allá del aspecto ofensivo, lo que los rojiblancos echaron ayer de menos fue la solidez defensiva que les permite ser quintos en la liga Asobal cuando ya se ha superado el ecuador de la primera vuelta.
Además de la derrota, el Fertiberia encaró el viaje de regreso con unas molestias de Toni Alegre, quien tuvo que ocupar con exclusividad el extremo y eso le hizo acabar con calambres, que no se espera que le impidan estar al máximo nivel cuando el Fertiberia vuelva a la competición liguera el sábado, fecha en la que está prevista la visita del Bada Huesca. Sobre los efectos que la derrota de ayer pueda tener sobre el próximo partido, Milos aseguraba que «es otra cosa, no tiene nada que ver».
