El Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas ha desbloqueado esta semana la inversión de 4 millones de euros que permitirá la construcción de un edificio dedicado a la inspección fronteriza en el puerto comercial de Sagunt. El delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, y el presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia (APV), Aurelio Martínez, anunciaron ayer la concesión de este permiso, que ya fue aprobado desde Fomento hace unos años, pero se paralizó por efecto de la crisis.

Según recordaba el propio Martínez, se trata de una infraestructura «que hemos venido reclamando, porque resulta clave para mejorar la competitividad del puerto de Sagunto». Y es que este punto de inspección fronterizo (PIF) permitirá ampliar el tipo de mercancía que llega hasta la capital comarcal, ya que dotará al Ministerio de Sanidad, Agricultura, Industria y Comercio de un espacio para controlar todos los productos de consumo humano y animal con el objetivo de prevenir la entrada de cualquier agente contaminante que ponga en riesgo a la población.

Hasta el momento, el puerto de Sagunt sólo tenía acceso a mercancías de origen vegetal y este nuevo PIF permitirá ampliar las operaciones a los productos animales. La supervisión se ejerce sobre las importaciones que llegan procedentes de fuera de la Unión Europea y en las costas españolas hay más de una veintena de estas instalaciones, entre las que se encuentra Valencia. Desde allí se inspeccionó durante el pasado año un millón de toneladas de productos agroalimentarios de origen tanto animal como vegetal procedentes de Estados Unidos, China, Argentina, India, Brasil, Chile, Marruecos, Nueva Zelanda, Perú y Ecuador, bajo la supervisión de 20 funcionarios.

El desbloqueo de la inversión, que ya se contempló con una primera fase de 500.000 euros en los Presupuestos Generales del Estado para 2012, abre ahora un plazo entre 20 y 22 meses para que esta instalación fronteriza de control de mercancías entre en servicio, según adelantan desde la APV.

Además del incremento de la actividad portuaria, entre las ventajas de esta infraestructura destaca el acceso directo a la información sobre los mayores riesgos alimenticios que existen en el mundo, como ocurrió hace unos años con los productos procedentes de Japón tras el accidente nuclear de Fukushima, que tuvieron que pasar análisis exhaustivos en los PIF.

Reivindicación agrícola

Las demandas para dotar de este servicio al puerto de Sagunt también han llegado durante los últimos años desde los agricultores, que en varios ocasiones mostraron sus quejas por la falta de controles en la entrada de frutas y verduras procedentes de otros países, sobre todo, por el riesgo de introducir nuevas plagas en los ya castigados campos de cultivo de El Camp de Morvedre.