La mayoría del pleno de Sagunt dio luz verde al nombramiento de más de una treintena de miembros para el consejo asesor del Patrimonio de la Humanidad.

El alcalde, Quico Fernández, calificó la conformación de este consejo asesor como «una de las fases más importantes del largo proceso que implica la declaración como Patrimonio de la Humanidad». En este foro, según explicó, se desarrollará el expediente, de ahí que el comité se hubiera formado por «personas de acreditada solvencia y que se proponen por consenso».

Entre los miembros del consejo se encuentran los representantes de colectivos locales como la Associació de Guies del Camp de Morvedre, el Centre de Estudis Camp de Morvedre, el Col·lectiu pel Patrimoni Històric Saguntí, el Centro Arqueológico Saguntino, Sagumtum Civitas, Campaners del Camp de Morvedre, Passió per Sagunt, Ludere et Discere, Patrimonio Militar de Sagunt, Amigos de la Escuela de Aprendices, Asociación de la Memoria Industrial y Movimiento Obrero (Amimo) y la Associació pel Patrimoni Industrial Valencià (Apiva).

Entre las instituciones en el consejo asesor están la Conselleria de Cultura y Educación, el Ayuntamiento de Sagunt, el Consell Valencià de Cultura, así como las universidades de València, Jaume I de Castelló, Politécnica de València y de Alacant, mientras que las personas presentes son la arqueóloga Carmen Aranegui, los investigadores locales Antonio Ortiz, Társilo Caruana, Vicente Vayá y Manuel Civera junto a los escritores Fernando Delgado y Gabriel Castelló.

En el debate del pleno, la única nota discordante la puso Iniciativa Porteña, que, en palabras de su concejal Sergio Paz, calificó la inclusión del exedil del Bloc, Manuel Civera, como un acto «deleznable e impresentable».

El segregacionista argumentó que el expresidente de la Fundación Municipal de Cultura «está condenado por acoso laboral contra una funcionaria del ayuntamiento», un delito que es «uno de los más graves y despreciables al abusar de su autoridad sobre una subordinada, con la que, por cierto, nunca se disculpó». Además, tildó estos hechos como «otra forma de corrupción política». Pese a que el alcalde, Quico Fernández, le recriminó que «rebasara los límites de la cuestión con juicios de valor sin relación con el tema», Paz rogó al resto de partidos que no aceptara la «resurrección» de Civera, al que «pese a ser el verdugo, se le pretente enaltecer, mientras la víctima ha quedado olvidada».

Tras estas palabras, el alcalde calificó la intervención del concejal segregacionista como «encarnizada, cruel, despiada y descortés, que demuestra falta de visión y objetividad». Fernández añadió sobre Civera que «es una de las personas que más ha trabajado por el patrimonio de la ciudad», al tiempo que tildó la interpretación de la resolución judicial por parte de Paz como «parcial y sectaria. Todos sabemos cuál es la realidad detrás de esa sentencia, que condenó al Ayuntamiento de Sagunt».