El puerto de Sagunt podrá manipular a partir de 2018 mercancías de procedencia animal. Esa es la previsión que manejan tanto la Autoridad Portuaria de Valencia (APV) como el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, después de confirmar la construcción del punto de inspección fronteriza (PIF).

Y es que esta infraestructura, presupuestada en 4 millones de euros, se espera que entre en funcionamiento a lo largo de 2018, con el impulso que esto supone para la competitividad, ya que, hasta el momento, sólo tienen acceso al puerto mercancías de origen vegetales. Desde el nuevo punto de inspección, el Ministerio de Sanidad, Agricultura, Industria y Comercio efectuará los controles sanitarios, veterinarios y fitosanitarios pertinentes a todas las mercancías importadas de la Unión Europea con el objetivo de evitar posibles riesgos para la población.

Tal y como informó en su día Levante-EMV, este PIF estaba programado en el presupuesto de la APV desde 2012, aunque el Ministerio de Hacienda paralizó con motivo de la crisis un gran número de infraestructuras, entre las que se encontraba este puesto de inspección.

Información sobre los riesgos

Además del incremento en la actividad con un servicio que en el puerto de Valencia da trabajo a una veintena de personas, entre las ventajas de este PIF se encuentra el acceso directo a la información sobre los mayores riesgos alimenticios del planeta, ya que en ese caso se imponen análisis exhaustivos que se realizan en estas infraestructuras.