Los vecinos de Gilet, Albalat dels Tarongers y Petrés vuelven a tener cobertura de telefonía móvil, después de tres años de aislamiento. La empresa Movistar instaló a finales de año la tan ansiada antena por la que más de 5.000 vecinos podrán hacer y recibir llamadas sin problemas.
La instalación, de unos cuatro metros de altura, se colocó en la urbanización La Rodana de Petrés, después de que las ubicaciones ofertadas por Gilet quedaran descartadas por cuestiones técnicas. Pese a decantarse por esta opción como la más idónea, todavía existen problemas de cobertura en algunos puntos, principalmente en las urbanizaciones más altas de Gilet, para lo que el ayuntamiento ya ha solicitado la instalación de un repetidor que amplíe el alcance de la señal a lugares como Sant Esperit. «La empresa nos dijo que después de las fiestas firmaríamos el contrato, por lo que no tardaremos mucho», explica el alcalde, Salva Costa.
La intención es instalar este repetidor en los terrenos municipales situados en la parte alta de la conocida Bassa Empina, uno de los primeros lugares ofertados por Gilet para colocar la antena matriz.
Aparte de este problema, algunos vecinos todavía carecen de un buen servicio, ya que son clientes de otras operadoras, un aspecto que está gestionando la propia compañía con el objetivo de que la antena se utilice por otras compañías de móviles y garantizar así el servicio a la mayor parte de los vecinos de estas tres localidades de la Mancomunitat de la Baronia.
El próximo mes se cumplirán tres años desde que una sentencia judicial obligó a retirar la antena de Gilet, al estar ubicada en una parcela privada, concretamente propiedad de la urbanización La Paz, sin su permiso, mientras el ayuntamiento sostenía que se trataba de una parcela municipal. En ese momento comenzó el aislamiento de más de 5.000 vecinos con serios problemas para comunicarse, una situación que llevaron hasta las sesiones plenarias manifestando el peligro que corrían, sobre todo los residentes en urbanizaciones, sin cobertura de móvil.
Varios fueron los intentos de dar solución con distintos emplazamientos como el del Balcón de la Penya, que contó con un informe negativo de la Conselleria de Medio Ambiente por estar en zona de afección de la Sierra Calderona. Los problemas técnicos y de cobertura también hicieron descartar la ubicación de la Bassa Empina, la de la parcela junto al río y la de la autovía, gestiones que duraron más de dos años.
Recogida de firmas
Finalmente, la empresa encontró en junio un emplazamiento en Petrés, que ha sido el definitivo, aunque también ha contado con la oposición de un grupo de vecinos, que realizó una campaña de recogida de firmas en contra de esta ubicación por estar a pocos metros de casas residenciales, aunque la protesta «nunca llegó al ayuntamiento», según el alcalde, Pere Peiró. Esta instalación reportará unos 3.000 euros anuales a las arcas municipales en concepto de alquiler.