Los trabajadores de Lafarge y de las industrias saguntinas que les han apoyado en el pleno extraordinario del pasado martes se movilizarán los próximos días «para darle al gobierno valenciano el recibimiento que se merece cuando en breve visiten Sagunto. Sobre todo a un Presidente de la Generalitart que tras solicitarle una reunión el comité de empresa avalada por 8.000 firmas dicha reunión no se ha producido».

Así lo explicaba ayer el comité de empresa de Lafarge en un comunicado, donde ha acusado al gobierno local de «con la complicidad de la Generalitat», conseguir que «el pleno extraordinario solicitado por la oposición se convierta en una vuelta más de tuerca para estrangular la continuidad de los 500 empleos que tienen que ver con la cementera».

Los trabajadores aseguran que con el pretexto de aclarar la cuestión legal y dar tiempo a la negociación, se prolonga un expediente por parte de la Generalitat por encima de los establecido en la ley, haciendo el juego al gobierno municipal en su practica de dilatar una decisión vital para la continuidad de la cementera y lo que ella representa.

En un comunicado denuncian que han pasado más de diecisiete meses para conseguir un permiso de renovación de la ocupación. «La demora en la concesión del permiso, las declaraciones de ilegalidad del convenio del 2013 entre la empresa y el ayuntamiento de Sagunto, la delicada situación del sector de fabricación de cemento en España, pone en riesgo los 500 empleos que directos e indirectos dependen de la cementera saguntina», afirman.

Por otro lado, el comité agradece a los partidos políticos que han solicitado el pleno extraordinario y han defendido los intereses de los saguntinos y de los trabajadores frente a quienes están ninguneando la renovación de un permiso de ocupación. Además lamentan que partidos políticos que en otro tiempo defendieron la estabilidad en el empleo en la cementera hoy estén jugando a la ruleta rusa con el empleo de los trabajadores de Lafarge. A esos concejales, el comité les emplazan a que vuelvan a sus orígenes y defiendan sin contrapartidas baratas los puestos de trabajo.

También ve «vergonzoso y humillante que un alcalde que se dice defensor de la democracia y la participación haya impedido a los trabajadores y publico en general que llenaban el salón de plenos y las escaleras de la casa consistorial poder hacer uso de la palabra con el pretexto de que el pleno era extraordinario».