Un agricultor de avanzada edad que había acudido solo a un campo de Sagunt vivió un accidente en la huerta, en plena ola de frío, que a punto estuvo de costarle la vida pues tampoco llevaba un teléfono móvil con el que haber podido pedir ayuda.

El hecho se produjo en un huerto de la partida de Gausa, en una zona llena de campos a la que únicamente acceden otros labradores y la Guardia Rural pues, además, todo ocurrió en el Camí del Quint, una vía sin salida aún menos transitada que otras de ese mismo lugar.

La suerte, sin embargo, estuvo ese día de su parte. Otro labrador acudió ese mismo día a su huerto y, mientras conducía, oyó sus gritos de socorro pues, según explicó luego el herido, había caído en una acequia y no se podía levantar, por lo que había tenido que arrastrarse por la tierra unos 50 ó 60 metros hasta llegar al camino y pedir ayuda.

Agentes de la Guardia Rural de Sagunt acudieron al lugar en cuanto recibireron el aviso y movilizaron a una ambulancia del Servicio Vital Básico, que permitió una primera asistencia médica y el traslado del herido al hospital de Sagunt.

Rotura de cadera

Por los síntomas que presentaba, los sanitarios consideraban que había sufrido una rotura de cadera y de ahí los fuertes dolores que sufría. Ante lo delicado de su estado, los agentes colaboraron con los sanitarios a la hora de trasladarlo con cuidado hasta la camilla.

La intervención del agricultor y de la Guardia Rural, según apuntaban, fue decisiva ante el grave riesgo que corrió su vida, dado lo poco transitado del lugar, las bajas temperaturas registradas estos días y la alta posibilidad que tenía sufrir una hipotermia.

De hecho, los guardias rurales calculaban que debió costarle varias horas llegar hasta el camino desde el lugar donde sufrió el accidente. «De milagro no ha pasado nada más grave», decían.

El afectado tenía más de 70 años y es vecino de Canet d' En Berenguer.

Desde la Guardia Rural de Sagunt han insistido en recomendar que los agricultores lleven siempre un teléfono móvil cuando acudan solos al campo y que los mayores intenten ir acompañados. Además, recalcaban que en casos de ola de frío aún se deben extremar más las precauciones por las consecuencias irreversibles que puede tener cualquier traspiés en el campo si no se consigue pedir auxilio.