Un informe pericial casi seis años después de que se pusiera en marcha la fuente en Memoria de las Víctimas del Terrorismo de Sagunt ha determinado las causas de su «ruina». Elaborado por un ingeniero técnico industrial, este dictamen detecta una primera fuga producida por la deformación de una tubería de plástico, que se achaca a una acción desde el exterior que «pudo producirse durante la construcción, debido a la falta de protección».
El informe añade que unas fotografías de la ejecución de los trabajos muestran las «marcas de rodaduras de equipos pesados sobre el trazado de la tubería», aunque admite que la deformación también pudo producirse por el sobrecalentamiento durante el proceso de montaje. Precisa que la tubería es la indicada en el proyecto y que el material es el correcto, pero no así la instalación, ya que «se debería haber protegido con una capa exterior de hormigón para dotar al conjunto de una elevada resistencia mecánica». Esta medida se recoge en una memoria de febrero de 2012, pero no se adoptó, según se ha confirmado en las recientes revisiones.
Sobre otras fugas, el informe señala que se deben a «una mala ejecución de los trabajos de unión de las piezas».
