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Sagunt pierde el tren mundialista por falta de un gran pabellón

La capital comarcal podría haber optado a ser anfitriona del mundial femenino de balonmano con una instalación en condiciones Esta semana se espera el proyecto para acabar el edificio paralizado

Sagunt pierde el tren mundialista por falta de un gran pabellón

La reciente designación de España como país organizador del Mundial de Balonmano Femenino en 2021 ha supuesto una oportunidad perdida para Sagunt, que hubiera podido optar a ser sede de este campeonato, como lo será Castelló, ciudad con menos tradición e incluso afición balonmaneras. El principal factor que ha impedido a la capital comarcal postularse como anfitriona ha sido la falta de un pabellón con las condiciones exigidas para este tipo de campeonatos que reúne a 24 equipos, durante 17 días de diciembre, unas exigencias que cumplirá cuando se acabe la construcción del pabellón frente al cementerio del Port, que lleva varios años paralizada.

Sobre esta instalación todavía se mantiene la promesa del presidente de la Real Federación Española de Balonmano, el valenciano Paco Blázquez, de que su inauguración contará con la presencia de la selección española absoluta, pero el tren mundialista que ha pasado ahora no se sabe cuando volverá.

Mientras, el Ayuntamiento de Sagunt y la Generalitat ultiman los trámites administrativos para desbloquear las obras pendientes en un pabellón ideado desde un principio para ser la casa del Fertiberia BM Puerto en Asobal. Seis años y medio después del regreso rojiblanco a la máxima categoría, las administraciones autonómica y local están a la espera de que la dirección facultativa presente el proyecto refundido con la planificación de las actuaciones que restan para acabar las obras.

El concejal de Hacienda y Contratación del Ayuntamiento de Sagunt, Pepe Gil, explica sobre este procedimiento que «el contrato original ya está liquidado», después de que el Consell, impulsor del proyecto a través del Plan Confianza o Plan Camps, prefiriera dejar atrás esa tormentosa parte del procedimiento e iniciar un nuevo concurso de adjudicación para las actuaciones pendientes.

En un principio, la estrategia que se siguió fue la de sondear al último adjudicatario del anterior contrato, Elecnor, por si quería continuar con la ejecución. Cabe recordar que la empresa suspendió las obras por las deudas acumuladas desde el Consell a la hora de financiar un proyecto presupuestado en casi de 3,6 millones de euros, que finalmente requerirá una inyección municipal de 363.000.

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