La vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, aseguró ayer que «no hace falta perder la paciencia» en la tramitación de la continuidad de Lafarge en la montaña de Romeu, donde el gobierno valenciano «ejerce de mediador. Todavía queda un año de explotación de la cantera—aseguró en la rueda de prensa posterior al pleno del Consell— y las cosas se harán siguiendo la legalidad». Esta fue una de las reacciones tras el levantamiento del encierro de los trabajadores de la cementera, que CC OO valora «muy positivamente».
Entre los resultados de esta protesta, el sindicato destaca las «muestras de apoyo» recibidas por la plantilla, así como la unidad mostrada por los trabajadores, que debatieron sus discrepancias en una asamblea que se prolongó hasta la medianoche del jueves, pero que posteriormente asumieron en bloque el resultado de la votación. CC OO también valora que la reunión mantenida por trabajadores y la primera autoridad local significa «el restablecimiento del diálogo como vía para la solución».
Esta valoración no coincide con la expresada desde la oposición en Sagunt, donde PP y C's han censurado la gestión del cuatripartito. Los populares creen que «a Compromís, EU, Podemos y PSOE se les ha agotado la credibilidad tras casi dos años de permanente conflicto contra Lafarge, haciendo un uso partidista y sectario de la administración y del procedimiento». El PP insiste que «el gobierno local «ha utilizado muchas excusas y pocos hechos».
Por su parte, Raúl Castillo (C's) considera «imperdonable que la conducta del alcalde y sus asalariados haya llevado a los trabajadores a esta situación deplorable. La gestión del Sr. Fernández y la Sra. Garcia es el ejemplo de la peor cara de la política, la que oculta o retuerce la información en su propio beneficio, sin importarle las consecuencias económicas y personales que se derivan de su comportamiento.Están aplicando políticas sectarias de la peor calaña, haciendo uso de la administración como si se tratara de su juguete personal».
