Contagian buenas sensaciones con sólo verlos en el espacio que les ha cedido el Ayuntamiento de Sagunt para cinco años prorrogables y que, tras muchos esfuerzos, han convertido en un gran campo de entrenamiento para perros. Los dueños de los animales acuden allí, precisamente, para pasárselo bien con ellos, al tiempo que mejoran sus habilidades. Y eso se nota.

Sin collares de descarga, presiones o medidas represivas, la filosofía que impera es el denominado «adiestramiento natural» que educa a base de refuerzos positivos. «Es algo que se disfruta una barbaridad y da resultados impresionantes». Así lo asegura Javier Garrote, el verdadero impulsor de toda esta iniciativa, que ya cuenta con 20 propietarios y sus respectivas mascotas. «En España aún es muy poco habitual. La metodología requiere más tiempo, pero funciona estupendamente», añadía.

Garrote habla con la experiencia que le dan sus más de 15 años de adiestrador y tras competir con perros en numerosas modalidades deportivas. Sin embargo, el club saguntino «Canes de Élgar» no sólo tiene como meta que algunos de sus integrantes compitan en la liga autonómica de «Agility», de pistas de obstáculos, o en la nacional. También cuenta con una vertiente social que le ha hecho colaborar ya tanto con la residencia de ancianos del Port de Sagunt como con el centro ocupacional Sant Cristòfol, de Sagunt, para personas con discapacidad.

En los dos sitios, profesionales y pacientes les reciben encantados. Por ello, las sonrisas no tardan en llegar. Sobre todo, cuando propietarias como Ana María empiezan a hacer auténticas exhibiciones de circo con su mascota, Yoshi.

Más allá de las habilidades específicas de cada animal, en el club también tienen claro que «cualquier perro sirve para todo, para competir y para terapia. No importa la raza, ni la edad», asegura tajante Javier. Lo importante, a su juicio, es el adiestramiento.

Aún así afirma que la principal finalidad del club «es lograr perros estables emocionalmente, que sepan activarse cuando toca y desactivarse al llegar a casa, sabiendo por ejemplo que no deben ladrar en un piso. Que sean sociables».

El refuerzo del vínculo con el dueño también es otra de las ventajas que deja esta metodología pues, como aseguran desde el club saguntino, «puedes llegar a lograr que toda la familia quiera salir a pasear al perro cuando, antes, todos habían acabado por verlo un esfuerzo».

El trabajo que están haciendo también les ha valido varias propuestas para acudir a colegios de la comarca y hacer tareas de concienciación, tanto de los cuidados que requieren los animales como para luchar contra el maltrato y el abandono; una tarea que ven muy necesaria, teniendo en cuenta que la Comunitat Valenciana «es una de las que presenta mayores tasas de animales a los que se deja en cualquier esquina», dicen.

Por ahora, sólo con el «boca a boca» y la visibilidad que les da estar al lado del campo del Atlético Saguntino, ya han atraído a personas que acuden desde València, Paiporta e incluso desde Ciudad Real. «Mucha gente nos ha conocido por otras personas o al venir al campo de fútbol, pues está al lado del que nos ha cedido gratuitamente el ayuntamiento. Estamos muy contentos por lo receptivo que ha sido al conocer nuestro proyecto», admitían desde el club; un lugar donde el optimismo y la vitalidad que desprenden ejercen de poderoso imán.