Uno de los emblemas del Castillo de Sagunt, la puerta de Almenara, lleva ya tres meses precintada y sin que se haya dado solución a los desprendimientos que sufrió tras el temporal del pasado mes de diciembre. Esta falta de respuesta del Ministerio de Cultura, como propietario del monumento, y el temor municipal a que pueda desmoronarse han llevado al ayuntamiento a dirigir una carta a este departamento y reclamar una actuación urgente, según explicaba a Levante-EMV el edil de Patrimonio, Pablo Abelleira.
«No es algo reciente. Ahora en marzo se cumplen tres meses desde que la Conselleria de Cultura tuvo que cerrar el paso por allí después de la caída de unos cascotes. Es mucho tiempo para seguir igual. Encima, en todas esas semanas aún ha llovido más y el deterioro de muchas murallas ha ido en aumento. El ministerio debe reaccionar», aseguraba el edil de Patrimonio, Pablo Abelleira.
Esta demora a la hora de resolver problemas "acuciantes" del monumento es uno de los aspectos a los que el gobierno local pretende poner fin con el que acuerdo que ahora prepara para poder hacerse cargo del mantenimiento del recinto.
Acuerdo de mantenimiento
En estos momentos, el consistorio está redactando su propuesta de «encomienda de gestión» que, en última instancia, deberá aprobar la Conselleria de Cultura. La intención municipal es asumir esas tareas, pero siempre que reciba presupuesto estatal para ello; algo que ve viable a través del 1% que destina Fomento a iniciativas culturales. A juicio del edil de Patrimonio, «con una brigada de 4 personas a las que podríamos contratar directamente, en dos años el camboio que se le podría dar al Castillo sería brutal. Además, todos los imprevistos se acometerían con mayor rapidez».
Como se señalaba en la carta enviada desde la alcaldía al ministro de Cultura, entre otros responsables de este departamento, la preocupación municipal se centra ahora en la Puerta de Almenara, así como en el riesgo de derrumbe de varios tramos de muralla, el mal estado de otros puntos que están cerrados al público y la falta de barandillas o elementos de seguridad que impidan acceder a zonas donde cualquier puede caer al vacío desde varios metros de altura.
