Estas tareas de replantación responden a los estudios realizados por el Centre per a la investigació i experimentació forestal de la Conselleria de Agricultura y los informes pertinentes a este respecto, emitidos por los técnicos competentes gracias a la coordinación de la concejalía de Servicios Urbanos y de la propia alcaldía de Gilet.
El primer paso ha sido eliminar lo irrecuperable y sanear el cuerpo central de este cactus que llevaba más de 120 años plantado en el mismo sitio y que seguirá haciéndolo gracias a la actuación de las distintas administraciones, incluida la diputación, cuyos brigadista de Divalterra van a trabajar para que este ejemplar continúe siendo uno de los elementos más característicos del monasterio de Sant Esperit.
Poleas para levantarlo
Una vez limpio el tronco, de más de un metro de circunferencia, tamaño excepcional para un cactus, se está saneando la zona donde estaba plantado, levantando la obra civil que lo rodeaba. Tras esta intervención vendrá la actuación más delicada que es levantar el tronco de varias toneladas de peso, para colocarlo en el mismo lugar que antaño.
Para ello se va a instalar un sistema de poleas, adheridas a los pilares del monasterio, que, con los anclajes correspondientes, permitirán levantar lo que queda del cactus, explicaban fuentes municipales.
Según Vicente Aparisi, concejal de Servicios de Gilet, «esperamos que sea suficiente el sistema que vamos a colocar, no descartando que tengamos que usar una grúa de grandes dimensiones». El edil también agradecía la ayuda de la conselleria y de diputación.
Por otro lado, el alcalde Salva Costa ha anunciado que propondrá su declaración como árbol monumental de interés local siguiendo las directrices de la Ley de Patrimonio arbóreo monumental de la Comunitat Valenciana.
Este cactus de Perú, que presidía el claustro del monasterio, quedó seriamente dañado por el temporal, viniéndose abajo por completo. De nada sirvió el tensor de acero colocado hace años para darle más estabilidad.
