El marjal de Almardà acoge a unos nuevos y atípicos inquilinos que han hecho de los campos abandonados de alrededor su nuevo hogar.

Se trata de una piara de jabalíes, que algún ejemplar abandona de tanto en tanto para darse un paseo por los caminos del humedal y por las proximidades de la Casa Panay, el edificio del ayuntamiento de Sagunt destinado a educación ambiental que gestiona desde hace años Acció Ecologista Agró. De hecho, integrantes de este colectivo ecologista han visto a algunos de estos animales. «Sobre todo salen a primera y a última hora del día», relataban en declaraciones a Levante-EMV.

Desde Agró se sospecha que algunos de estos mamíferos llevan casi un año por la zona e incluso que varios de ellos se hayan asentado definitivamente cerca de este paraje al proporcionarles más agua y comida que la montaña. «Están en los campos de naranjos que hay abandonados desde hace más de 15 años; allí ocultos. Estas propiedades agrarias al estar repletas de vegetación, suponen un escondite perfecto para ellos. Además, la calidad de la tierra, mucho más blanda y con mayor humedad, les facilita la extracción de raíces y la captura de insectos».

Lejos de suponer una amenaza, desde Agró explican que son animales inofensivos, que huyen de las personas y que hasta el momento no han generado ningún tipo de problema por la zona.

Además de avistarlos por las cercanías de la Casa Penya, se ha podido ver algún que otro ejemplar por las partidas de Cantarrana y l'Om Negre, propiedades principalmente de cultivo, sin que por ahora los agricultores hayan alertado sobre ello.

En busca de comida

Los ecologistas sospechan que los jabalíes han llegado hasta esta zona desde la Sierra de Espadán a través de los barrancos en busca de comida, una situación que les lleva en ocasiones a acercarse incluso a áreas urbanas.

La proximidad de estos mamíferos al marjal de Almardà no ha supuesto ningún obstáculo para el desarrollo de las excursiones y visitas guiadas al humedal organizadas desde la Casa Penya, como la que tuvo lugar el pasado fin de semana y a la que acudieron más de medio centenar de personas. Y es que los jabalíes salen a inspeccionar la zona en horarios tempranos o tardíos donde la presencia de personas no es habitual.