Nunca fue el más rápido para salir a la contra, ni el más certero en los lanzamientos, ni el más robusto en la defensa, pero tampoco nunca se podrá pagar la aportación de Javi Tarrasó al Fertiberia BM Puerto, club en el que cumple su novena temporada y la última, al anunciar su retirada.

El próximo verano hará 38 años y las exigencias del balonmano de Asobal se hacen cada vez incompatibles desde los puntos de vista familiar, laboral y físico, así que, con cerca de 330 partidos en la máxima categoría, este extremo izquierdo de Alaquàs y uno de los grandes bastiones en el regreso rojiblanco a la máxima categoría se despide de las canchas, aunque no del Ovni.

«Quiero que mis hijos tengan relación con el balonmano, así que ahora podré estar en la grada con ellos viendo los partidos y animando al equipo», apunta un hombre con una trayectoria que le llevó a València, Algeciras y Aranda de Duero antes de recalar en el Port de Sagunt. En esa temporada 2008/2009 «llegué sin saber muy bien que iba a pasar al volver a casa, pero a la tercera o cuarta temporada comprendí que iba para largo».

En todos sus años de balonmano, los recuerdos positivos que primero le asaltan son el ascenso a Asobal certificado en Barakaldo o la clasificación para la fase final de la Copa del Rey, aunque se queda «con el día a día, con el sentimiento de ser partícipe de un proyecto y con la competición, eso es lo que más voy a echar de menos».

Las amistades son otro de los tesoros que se lleva en su retirada. «El otro día hablaba con Bruixola y recordábamos que llevamos unos 16 años compartiendo vestuario. Algo parecido pasa con Ángel Fernández o Alfredo Sorrentino. Somos amigos de toda la vida que nos hemos acabado juntando aquí para aportar nuestro granito de arena al proyecto», asegura el extremo, que considera que, al menos por su parte, «ya es momento de dar el relevo».

Antes, le espera un mes de despedida del Fertiberia, aunque admite que «a mi me gusta quedarme en un segundo plano, así que no pasa nada si no hay homenaje». A buen seguro que lo habrá a este hombre que encarna como pocos los valores que siempre ha enarbolado el balonmano del Port.

Recambio

Aunque Tarrasó todavía tiene que prestar algún servicio más a la causa rojiblanca, el futuro en esa posición para el Fertiberia ya tiene nombre y apellidos. Se trata de Josep Folques, extremo izquierdo de 20 años y 1,96 metros de altura, que llega procedente del Algemesí, después de formarse desde cadete en la cantera del FC Barcelona. El Benidorm, donde jugó en Asobal, fue su siguiente destino hasta buscar más minutos y aprovecharlos en primera nacional.

Folques es un fijo en la selección júnior, con la que se proclamó subcampeón del mundo, y llega al Fertiberia para lo que queda de temporada y la próxima. Su incorporación a los entrenamientos bajo las órdenes de Nikola Milos está prevista para la próxima semana y se espera que debute en alguno de los cuatro partidos ligueros que restan.