La creación de un museo industrial sigue siendo una asignatura pendiente en Sagunt, que se espera saldar al fin en 2018, casi 30 años después de que surgieran las primeras voces que apostaban por impulsarlo con una intención: Preservar y difundir la memoria de una siderurgia que, hace ahora justo un siglo, acabó por provocar el nacimiento del Port de Sagunt.
Aunque ya hace décadas que se decidió hacerlo en una antigua nave de AHM y en 2011 se impulsaron esos trabajos con una inversión de 1,7 millones de euros del Plan de Apoyo a la Inversión Productiva de la Generalitat, hoy en día, el lugar sigue cerrado a cal y canto, con desperfectos en su interior. Se trata de un bloqueo que el gobierno local y la conselleria esperan solventar en los próximos meses, al tiempo en que realizan otra labor: Regeneran y dan un carácter público a la moribunda Fundación del Patrimonio Industrial del Port de Sagunt, una entidad que es la propietaria del edificio y que ha acabado perdiendo patronos privados al tiempo que engordaba sus deudas e incluso acumulaba impagos con sus trabajadores.
«El museo inacabado es una de las herencias que recibimos del PP local, como ha ocurrido con el pabellón deportivo que está a medias o la fuente valorada en 400.000 euros que no va», afirmaba el edil de Contratación, el nacionalista Pepe Gil. «En este caso, vamos a retomar las obras impulsadas para subsanar las deficiencias de la restauración de la nave y a hacer otras para impedir que se inunde siempre que llueve mucho, pues eso ha provocado daños», decía.
Aunque ya a mediados de 2014 el anterior gobierno local adjudicó unos trabajos presupuestados en unos 60.000 euros con tal de subsanar las deficiencias y acabar el museo, la administración dejó de pagar las facturas por desacuerdos con las cantidades certificadas y eso llevó a paralizar la intervención. Esto ha obligado a nuevas negociaciones que, según el edil Pepe Gil, permitieron que el pasado mes de febrero la conselleria acabara de abonar los trabajos ya realizados.
El ayuntamiento también se encontró con otro problema al tener que reponer el crédito porque, según explicaba Gil, «el gobierno anterior había rescatado el aval del contratista y dedicado ese dinero a otras obras». No obstante, a principios de año, ya se pagó lo que adeudaba el consistorio a la firma y su previsión es que «en breve» el contratista de los últimos trabajos «responda ya si reanuda las obras» y, así, éstas se puedan retomar «cuanto antes».
Aún así, antes de esto último, el consistorio pretende poner en marcha las obras que evitarán nuevas inundaciones en el museo en caso de lluvias fuertes: La construcción de un muro y la instalación de una tubería, una obra que está en fase de redacción de proyecto. «Queremos que en un par de meses o antes, esté todo», decía el edil.
Tras tener listo el nuevo edificio, el siguiente paso será vestir su interior y dar forma al museo. Por ello, desde Inciativa Porteña se reclamaba hace poco que se vaya trabajando en el proyecto museográfico para no tener que seguir con el edificio cerrado en cuanto acabe su acondicionamiento.
Aunque ese escenario es que los distintos gobiernos municipales han tratado de evitar desde que se impulsó la rehabilitación de la nave, la Fundación del Patrimonio Industrial es la que hace años recibió ese encargo, «pero no acabó de perfilarlo», como aseguraban desde el ayuntamiento.
Aún así, el edil de Patrimonio, Pablo Abelleira (ADN Morvedre), aseguraba que el ayuntamiento está buscando soluciones para abrir el museo en 2018. «Esto es una prioridad», decía asegurando que de momento, hay dos proyectos museográficos redactados hace tiempo, pero ninguno claro, ni puesto al día.
Maqueta gigante
Mientras ese impulso final llega, hasta el día 26, el Centro Cívico del Port de Sagunt ofrece una oportunidad única para descubrir todo lo que puede dar de sí ese anhelado museo. La razón es que, con motivo del centenario de la siderurgia, acoge una muestra con fondos de la Fundación y otros privados que han cautivado por igual a niños y mayores.
La nueva asociación que vela por el patrimonio del Port ha sido la encargada de darle forma, con la colaboración del ayuntamiento y de muchos particulares que han cedido desde cuadros, como el de Ximo Michavila, a piezas. Todo un legado tan apreciado por muchos en la ciudad que varios extrabajadores no han dudado en restaurar de forma gratuita la maqueta gigante, de más de 5 metros de longitud, que muestra cómo llegó a ser esa ciudad factoría que aún late en espera de su museo.
