La quema de los restos de la poda de los olivos de la plaza de Segart por parte de un operario municipal movilizó ayer poco después del medio día a brigadas forestales de Gilet y Bétera, así como dos vehículos del parque de bomberos de Sagunt. En el día previo a la entrada en vigor de la prohibición de quemar restos de poda en la Comunitat Valenciana para evitar incendios, el trabajador del ayuntamiento llevó las ramas y las hojas desprendidas del árbol y les prendió fuego en un barranco próximo al núcleo urbano, donde se temió que las llamas se hubieran descontrolado y se avisó a los servicios de emergencia.

A su llegada, los bomberos comprobaron que la quema ya estaba bajo control, después de que el operario hubiera utilizado la manguera de un residente cercano, según pudo saber Levante-EMV. La presencia de los servicios de emergencia se prolongó hasta cerca de las 13.30 horas, aunque el alcalde de Segart, Vicent de Paül, considera que no hubiera hecho falta de presencia.

«Yo no estaba, pero, según me han contado, el operario estaba aprovechando el último día de quema de poda para los olivos de la plaza y en ningún momento se ha descontrolado», apunta. El presidente de la corporación local añade que «este tipo de avisos es habitual en la gente que no entiende, porque ve humo y se asusta».

Causa del 80 % de incendios

Después de que la fecha para la prohibición de la quema de rastrojos próximos a espacios forestales haya variado en los últimos años entre mayo y julio, varios colectivos, entre los que se encuentra Acció Ecologista Agró, mantienen su demanda para que esa restricción se prolongue durante todo el año.

De esta forma, según defienden, se limitaría el riesgo que implican este tipo de quemas, que son el origen de cerca del 80 % de los incendios forestales en la Comunitat Valenciana, según aseguran estas asociaciones.