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Una historia contada tras el cristal

El monasterio de Sant Esperit rescata una colección de mil vidrios fotográficos de principios de siglo

Una historia contada tras el cristal

Casi mil vidrios fotográficos de principios de siglo del fotógrafo valenciano Enrique Cardona 1870-1956) han vuelto a ver la luz en el monasterio de Sant Esperit de Gilet.

El historiador José Hidalgo y la restauradora Carmen Estrela están poniendo en valor estas obras de arte que han sido rescatadas del olvido, depositadas en el sótano del inmueble, tras la donación de una familia a la orden franciscana.

«Se trata de un fondo muy interesante por dos motivos: Por un lado, porque es el reflejo de una época que ya pasó y por lo tanto una fuente documental extraordinaria, y por otro, porque nos permite conocer cómo era la fotografía de la época; las dificultades de la profesión, el proceso técnico y la cantidad de aparatos que tenían que llevar consigo los fotógrafos, soportando una carga enorme», explicaba Hidalgo en declaraciones a Levante-EMV.

El historiador adelantaba que el hallazgo supone la colección más importante que se conoce de Cardona, uno de los fotógrafos más significativos de la época, que trabajó en las revistas y periódicos más destacados del momento, además de colaborar en publicaciones y libros específicos de arte e historia; ABC, Anuario de Provincia, Arte Español, La Forma, Geografía General del Reino de Valencia, La ilustración española y americana, Arte español...

La colección hallada en el monasterio duplica a la que posee en su fondo la Diputación de València, institución para la que el fotógrafo es un desconocido, tal y como recoge su página web. «A nosotros nos fue complicado identificar al autor de los vidrios, pero un artículo del médico e investigador Elías Tormo, ministro de Bellas Artes en 1924, nos puso sobre la pista, ya que muchos de sus escritos iban acompañados con fotografías de Cardona», decían.

Además de la restauración de los vidrios, el trabajo de los técnicos se centra ahora en identificar las instantáneas de Cardona, principalmente de inmuebles y obras de arte, algunas de ellas desaparecidas o inexistentes, que pueden ser de especial atractivo para investigadores. Un ejemplo es el retablo de San Miguel de principios del siglo XV, al que se le ha perdido la pista o el Palacio de Jura Real en Valencia, que ya no existe, afirmaba Hidalgo. Entre esta colección destacan las fotos de la Exposición Regional de València en 1909, donde se mostró todo el esplendor de la ciudad en la Alameda, las imágenes del castillo de Morella o el nombramiento del obispo de Barcelona (1909), portada de «La ilustración artística».

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