La gesta la protagonizó un grupo de amigos, vecinos de la localidad y apasionados de los toros, que en 1977 decidió salir a la calle en busca de ayuda económica para recuperar los bous al carrer. Lo hicieron con capazos de recolectar naranja y durante dos días. La respuesta fue inmediata, muchos fueron los vecinos que se volcaron «en esta causa» a nivel monetario. Esta colaboración permitió a estos «colegas», unidos por los toros, alquilar barreras en la Vall d'Uixó y traerse hasta Sagunt dos astados «Malhechor» y «Marroquino» de «Visantet el del Puig. «Recuerdo que el seguro nos costó por aquel entonces 9.000 pesetas», explicaba Pascual.
Fue un 22 de octubre de 1977, día en el que también se tiraron 22 carcasas para celebrar los 22 años que esta ciudad llevaba sin realizar festejos taurinos.
Estos primeros astados, se exhibieron en el barrio de Santa Anna, en concreto, en la calle Conqueridor y Campoamor, generando una gran expectación que se tradujo en una importante afluencia de gente. A esta iniciativa de recuperar los bous al carrer se sumaron al año siguiente los festeros del Buen Suceso, quienes aprovecharon el superávit que obtuvieron ese año para ampliar su programación con festejos taurinos. También los vecinos del Barrio de San Ramón contribuyeron celebrando bous al carrer. Al carro se subieron otras barriadas como la de la Plaza de la Trinidad, que acogió al año siguiente toros en pleno sábado de Gloria, un hecho que no se ha vuelto a repetir.
Los bous al carrer en todos estos barrios allanaron el camino de lo que hoy es la semana taurina en las fiestas patronales, que comenzó a coger forma en los 80. En ese momento, se creó una comisión de toros, en la que estaban parte de los promotores de la fiesta, estos amigos que se encargaron de ayudar al Ayuntamiento de Sagunt a programar los festejos taurinos, que entonces gestionó la administración local.
La primera semana taurina tuvo un recinto muy especial, la calle Camí Real, de la que se tomó un pequeño tramo acotado de barreras y cañizo. La iniciativa fue acogida con muchas ganas y cientos de personas acudieron a disfrutar de los bous al carrer, en el centro de la ciudad, aunque la cita no estuvo exentas de problemas.
Muerte de un toro cerril
Uno de los toros cerriles murió y el dedo de una niña quedó atrapado en una barrera, a esto se sumaron las quejas por la falta de seguridad del recinto. Sin embargo, a partir de ahí la fiesta mejoró, cogió alas e inauguró nuevo recinto, la Plaza Major de Sagunt, donde se han celebrado los festejos taurinos en las últimas décadas hasta que las molestias y las quejas vecinales obligaron a buscar un nuevo recinto, que actualmente está ubicado en el margen norte del Palància, aunque todavía no es un emplazamiento definitivo, ya que de nuevo han vuelto a aparecer las quejas vecinales dando pie al estudio de otras alternativas respecto a la ubicación.
Pese a estos contratiempos, las fiestas atraviesan uno de sus mejores momentos, gracias a aquellos que decidieron retomarlas y a los que han venido trabajando por ellas, convirtiendo la semana taurina en una de las más destacadas de la Comunitat Valenciana, como asegura la Federació Valenciana de Bous al carrer.
