La población de nacras en el litoral de Sagunt ha sufrido una mortandad masiva. Así lo han constatado desde el colectivo comarcal de Acció Ecologista-Agró en una jornada de voluntariado submarino donde no encontraron ni un sólo ejemplar vivo de este bivalvo, que ha entrado este año en el catálogo estatal de especies en peligro de extinción. Todo los localizados estaban muertos.

Esta desaparición de Pinna nobilis ya había sido detectada por miembros de Agró en diferentes inmersiones que, durante todo el verano, habían realizado a título personal en todo el litoral de El Camp de Morvedre. Sin embargo, el rastreo llevado a cabo durante la jornada de voluntariado no dejó duda de la desaparición masiva de nacras, una especie endémica del Mediterráneo y uno de los moluscos más grandes del planeta.

Este hecho ha sido lamentado por la organización ecologista pero no ha sorprendido del todo pues, desde hace un tiempo, se ha detectado un parásito que lo está exterminando en el Mediterráneo, el Haplosdoridium. Aún así, desde la entidad se espera que «se pueda revertir» el estado de conservación este bivalvo que puede llegar a medir un metro. «Es una de las joyas naturales de nuestro mar» decían además de recordar que la nacra o el nácar «llega a vivir 30 años», pero ahora está considerado oficialmente a nivel estatal «en situación crítica».

Los buzos de Agró confirmaron esta mortandad durante una jornada impulsada con otro objetivo: Hacer un seguimiento y control de la pradera de posidonia de la playa de Almardà. Se trataba del segundo año consecutivo que realizaban esta experiencia, con el asesoramiento del Instituto de Ecología Litoral, la colaboración del Club Buzos y la metodología de trabajo del programa de control y evolución POSIMED, que mide la densidad de los haces de posidonia y de cobertura del suelo por parte de la pradera.

Inicialmente, la impresión de Agró es que ha habido una mejora a este nivel respecto a los resultados obtenidos el año pasado. No obstante, desde el colectivo insisten en que, para la correcta conservación a medio y largo plazo de esta pradera, hacen falta más datos. Concretamente, estiman necesarios cinco años de estudio «para tener una tendencia de crecimiento o decrecimiento y diez para poder obtener resultados fiables».

Por ello, aseguran que Agró repetirá anualmente este voluntariado submarino «para custodiar y vigilar la pradera de posidonia de Almardà».

Pequeño vestigio

Los ecologistas recuerdan que, en toda la comarca, sólo queda «un pequeño vestigio» de posidonia frente a la playa de Almardá, pese a que hasta la década de los años 70 , una espectacular pradera marina se extendía desde Canet d' En Berenguer hasta Almenara. Una pérdida que achacan «al paso de barcos de arrastre y a la contaminación procedente del emisario submarino de Canet».