Las quejas vecinales difundidas por Levante-EMV sobre el alto grado de degradación que presentaba una zona del barrio de Baladre han surtido algunos efectos, como admitían residentes en la zona con cierto asombro, a pesar de que los principales problemas se mantienen.

Apenas dos días después de la publicación, la empresa municipal que se encarga del aseo urbano ha limpiado los accesos. Además, el solar colindante sigue con basura, pero libre ya de muebles rotos que algunos residentes habían tirado sin problemas por la ventana de sus pisos, mientras otros miraban con pena y rabia lo sucedido, pero con el silencio como mejor aliado para evitar problemas.

De hecho, tanto en el consistorio como en la Conselleria de territorio y Vivienda dijeron haberse enterado de lo que ocurría en la zona a través de este diario, dado que no habían recibido ninguna comunicación con anterioridad.

Aún así, el problema de las aguas fecales que caen bajo un porchado se ha agravado por la acumulación de más suciedad, con todos los problemas de salubridad que ello conlleva.

Desde la Generalitat se ha reconocido que se trata de una avería que deberán resolver o todos los propietarios de la finca afectada, si efectivamente se comprueba que el fallo proviene de un elemento comunitario, o bien el particular que sea responsable de la fuga.

La finca de donde proceden los vertidos ilegales está formada por 16 viviendas, 6 de las cuales son de propiedad de la Entidad de Infraestructuras de la Generalitat (EIGE), que sustituye al antiguo Instituto de la Vivienda. Por ello, para buscar una solución a estos vertidos, desde el organismo solicitarán una reunión de la comunidad de propietarios para evitar que el problema se eternice ya que, como informó este diario, esas aguas fecales están llegando ahora mismo a un desagüe de pluviales.

Tras conocer la situación a través de este diario, el departamento municipal de Sanidad pidió un informe policial al respecto y una actuación de la empresa municipal SAG, según confirmó a este diario la edil del ramo, María Giménez, además de resaltar que el consistorio «realiza campañas periódicas de desratización en todo el municipio, pero si alguien ve, que por favor nos avise», decía respecto a las quejas sobre la existencia de ratas en la zona.

Los propietarios, responsables

Aunque los vecinos habían dado por hecho que la retirada de muebles rotos del solar la había realizado la empresa municipal SAG, el gerente de la firma negó ayer ese extremo a preguntas de este diario. «No lo hemos limpiado porque no es municipal», aunque sí confirmó que la noticia publicada por este diario llevó a limpiar calles y aceras de Baladre donde se acumulaba la suciedad e incluso bolsas de basura al lado de contenedores vacíos.

En el EIGE también rechazaron que ese solar fuera de su propiedad, mientras el edil de Urbanismo, Pablo Abelleira, ponía el acento en que «la responsabilidad de la limpieza de los terrenos es de su dueño», aunque sin poder precisar más. Aún así, lo que realmente preocupa a los vecinos es que pueda haber soluciones aisladas y, dentro de poco, todo vuelva a estar igual por el incivismo de algunos. «La buena gente del barrio queremos que esto se reconduzca y para eso necesitamos la ayuda permanente tanto del ayuntamiento como de la Conselleria. Solos no podemos», decían, no sin ocultar que las pequeñas limpiezas realizadas les habían dado al menos «un rayo de esperanza».