Sagunt despidió ayer al exedil Paco Agües en un acto emotivo a la vez que triste en el tanatorio Camp de Morvedre de la localidad al que se acercaron familiares, amigos, compañeros de partido, sindicalistas, periodistas y políticos de todas las ideologías, algunos de los cuales compartieron muchas horas en la corporación municipal con una persona considerada además por muchos como un verdadero intelectual.

En este acto de despedida, su compañero y amigo, el también exedil Manuel Civera, no escatimó en palabras para describir a este incansable devorador de lecturas del que destacó cuatro cualidades: La lealtad con los amigos y familia, la sabiduría; la honradez consigo mismo y sus amigos, que le llevaba a no aceptar la hipocresía y por último, su afabilidad. «La gustaba hablar de todo con sus amigos, y sin hora de partida», dijo sin poder contener la emoción.

Tampoco faltó la despedida de Lluís Madrid ni las palabras de Francesc Vera, profesor de filosofía con quien trabajó en la Universitat de València. Vera resaltó la gran conciencia del saber de Agües como un hombre del Renacimiento mientras muchos recordaban en silencio su labor socio-cultural en la ciudad.

Las muestras de condolencia a la familia llegaron al tanatorio durante todo el día pero también eran visibles en las redes sociales, entre ellas las de el exalcalde y diputado del PP Alfredo Castelló y el exconcejal Emilio Adán, con los que Agües compartió la política varios años. Ambos resaltaban la capacidad de diálogo del fallecido, el saber escuchar y su respeto hacia los demás.

Paco Agües falleció a los 68 años. Este histórico militante de la extinta Unitat del Poble Valencià refundada a Bloc Nacionalista dentro de la coalición de Compromís, fue concejal del Ayuntamiento de Sagunt durante dos legislaturas; la primera entre 1987 y 1991, de alcalde José García Felipe, donde desempeñó responsabilidades de gobierno como la presidencia del Consell local Agrari y la segunda, de 1995 y 1999, en la que participó de la moción de censura contra el alcalde Manuel Girona, que propició la entrada de Silvestre Borrás.