El monasterio de Sant Esperit de Gilet mantiene viva la tradición de celebrar la festividad de San Francisco, fundador de la orden que lo custodia, la Franciscana.

Cientos de personas acudieron ayer a la misa solemne celebrada , con más de 200 años de tradición que oficiaba el guardián del monasterio, Fernando Hueso.

A la cita se acercó el alcalde de la localidad, Salva Costa, el presidente de la Mancomunitat de la Baronia, Juan Emilio Lostado, los sacerdotes de las distintas parroquias de la comarca, representantes de la Policía Nacional así como feligreses en general, más de un centenar.

Hueso pidió unidad y diálogo en el sermón realizado durante la eucaristía, además de reivindicar la figura de San Francisco cuya máxima fue el amor al prójimo, un mensaje muy necesario dada la coyuntura política actual.

Tras la misa, se procedió al beso de la reliquia de San Francisco y a la procesión del santo por el patio del monasterio como reza la tradición.

Tampoco faltaron en el acto el reparto de las galletas como viene siendo habitual y el sorteo de la rifa que tenía como premio una figura de San Francisco de terracota.