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Centenario

El coste más alto de la siderurgia saguntina

El centenario incluye un homenaje a los casi 150 operarios que han muerto en accidente laboral

El coste más alto de la siderurgia saguntina

La historia del Port de Sagunt se ha forjado a golpe de hierro y con un coste en vidas humanas que la ciudad ha decidido rescatar del olvido. En pleno centenario del nacimiento de la siderurgia que dio forma a todo un potente núcleo urbano, una asociación ha impulsado un reconocimiento público a las cerca de 150 personas que, durante más de un siglo, han perdido la vida en accidentes laborales ligados a ese potente complejo, con ferrocarril y puerto para la exportación de mineral, donde en la década de los 60 llegaron a trabajar más de 6.800 personas.

La iniciativa tendrá su lado más visible en la colocación de una placa conmemorativa, con todos los nombres de esos trabajadores que se dejaron la piel un día cualquiera, mientras hacían su jornada laboral. El investigador José Vila lleva un tiempo recopilando todos los casos y ha contabilizado ya 146. La cifra, no obstante, podría ampliarse porque todavía está pendiente de recibir los datos del Registro Civil para confirmar si hubo alguno más entre 1941 y 1945. Además, ha querido hacer un llamamiento a través de Levante-EMV para que, si alguien conoce, alguno más, pueda avisar cuanto antes a la Asociación del Patrimonio Industrial del Port de Sagunt y, así, el listado sea lo más fidedigno posible. «He revisado los archivos del Reino, de la Diputación de Teruel, de las fábricas y hemerotecas, pero no querríamos dejarnos a nadie», decía.

En ese gigante económico, el mayor coste humano se produjo en las antiguas acerías de la siderurgia, donde se cargaba y descargaba el hierro fundido a más de 1.535 grados centígrados grados de unas enormes cucharas. Hasta cinco trabajadores llegaron a fallecer allí en 1956, cuando volcó una cuchara de 80 toneladas de acero líquido. Tan sólo cuatro años después, en ese mismo lugar, la rotura de un eje de otra cuchara hizo que cayeran 30 toneladas de arrabio a 1.350 grados centígrados, lo que se cobró la vida de dos obreros más y estuvo a punto de llevarse a otro.

Accidentes en el ferrocarril

No obstante, el ferrocarril fue el primero en confirmar que la muerte acecha en el momento menos pensado, pues un accidente en Sagunt, a la altura de la vieja cantera de Gausa, acabó en 1907 con los sueños de cinco empleados de Sierra Menera, la compañía que impulsó el transporte del mineral en tren desde Ojos Negros, la construcción de un embarcadero y las fábricas donde, hasta 1932, se aglomeraba el mineral de hierro en briquetas y nódulos.

«Tanto en las industrias mineras como en las siderúrgicas, los trabajos son duros, penosos y peligrosos», comentaba Vila. La mayoría de estos fallecidos, según precisa, eran obreros, si bien también había mecánicos y oficiales.

Aunque esas tasas de mortalidad han caído en picado desde los años 70 a la actualidad, hasta esa década se contabilizaron 109 fallecidos. Y eso que, como apuntaba Vila, las medidas de protección de riesgos laborales «se generalizaron a partir de 1954». Aún así, no faltaron casos de personas que murieron «in itinere, es decir, mientras iban o volvían del trabajo a casa, algo que está reconocido como accidente laboral desde 1956», decía.

Para que ninguno de sus nombres quede en olvido, una gran plancha de acero los recordará en breve, uno a uno, en un acto que contará con la colaboración del ayuntamiento. «Aún no podremos precisar la fecha en la que se colocará, pero esperamos que sea en un acto suficientemente digno, después de 110 años de olvido», aseguraba Vila.

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