Embelesaron con la magia de sus luces y su poesía a las más de 350 personas que acudieron a la gala organizada por Levante-EMV en Sagunt para festejar los 25 años de su delegación en El Camp de Morvedre. Su particular teatro de sombras fue directo a la emoción y cautivó desde el principio a un auditorio muy heterogéneo, lleno de autoridades, que se preguntaba quiénes eran y cómo prepararían sus espectáculos esos actores de capacidades intelectuales diferentes que conforman la compañía AVoramar; todo un trabajo que va «mucho más allá del escenario», según explicaba a este diario una de sus responsables, Mariola Ponce.

«Hemos hecho una trilogía basada en obras de Shakespeare que primero hemos leído y comentado con ellos, extrayendo las ideas fundamentales que más les interesaban, haciendo nuestra relectura y dándoles luego formas con las luces», apuntaba esta profesional de Teatres de la Llum, que desde el principio se ha embarcado en esta aventura con su compañero Vicent Ortolà y la delegación municipal de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Sagunt.

Como apuntaba Ponce: «Primero hicimos un taller de teatro de sombras, luego un proyecto europeo y después, en 2011, se impulsó la compañía. Con ella ganamos el premio Buero de Teatro Joven de la Fundación Coca-Cola, hemos actuado en la sala Escalante y este año llegamos a participar en unas jornadas de Educación en el Palau de les Arts. Sin embargo, hacerlo en la gala de Levante-EMV ha sido muy importante. Nos ha permitido acudir como unos profesionales más, dar a conocer a un público muy diverso ese gran trabajo creativo y actoral que se hace en AVoramar, además de dar otro gran paso en la integración social en nuestra misma comarca», decía emocionada al recordar el impresionante espectáculo realizado esa noche por esos 16 actores de entre 14 y 50 años, que recibieron numerosas felicitaciones en el cóctel posterior servido por el restaurante Les Panses de Albalat dels Tarongers.

Nuevo montaje

A la hora de elegir los textos, en AVoramar no hay nada casual, pues se escogen temas que interesan a sus integrantes. Esto les llevó a abordar las relaciones de pareja en su primer montaje, «Romeos y Julietas»; rechazar la sobreprotección familiar con su «Isla de Miranda» que evocaba a «La Tempestad» y abordar emociones a menudo mal vistas en «Enfadados con Shakespeare». Ahora, trabajan ya en un nuevo montaje sobre «Poeta en Nueva York» de Federico García Lorca, que les dará la oportunidad de hablar del caos que suponen a menudo las ciudades; un espectáculo que preparan sin fechas, ni presiones. «Con ellos el tiempo es relativo y trabajar es muy interesante. Te dan otra perspectiva de la realidad que nosotros respetamos mucho», decía Ponce tras una gala en el centro cultural Mario Monreal que muchos no olvidarán fácilmente.